“Se puede y se debe entrenar”

“Se puede y se debe entrenar”

El autocontrol es la habilidad que tenemos nosotros mismos para decidir de manera autónoma en cualquier situación que se nos presente y orientando esas decisiones a aquello que realmente queremos lograr, sobre todo porque el control de las emociones, así como de las tentaciones e instintos básicos es clave para facilitar la vida en comunidad y mejorar en el plano personal.
A veces olvidamos que la capacidad de autocontrol se puede y se debe entrenar para evitar emociones negativas como la ira o la envidia, pero también para mejorar y prolongar nuestra disposición al esfuerzo o a la concentración. Y es que suele ser más cómodo dejar de lado la autodisciplina, como técnica para no ceder a las tentaciones, olvidando que la misma es una de las primeras estrategias a poner en práctica para lograr dominarnos a nosotros mismos.
En cambio, ¨la voluntad se puede fortalecer poco a poco siempre y cuando no falte la constancia. Sean cuales sean nuestros fines, el conocimiento de unimismo, tanto de las fortalezas como de las debilidades, nos ayudará en este proceso. Por ejemplo, para seguir una dieta o dejar de fumar habrá que conocer nuestro grado de adicción y su relación con los hábitos cotidianos para lograr nuestros objetivos sin tirar la toalla porque nos creamos incapaces de seguir reglas preestablecidas, que no siempre se adaptan a nosotros. Es por ello que el autoaprendizaje o metacognición ocupan un lugar central en los estudios científicos sobre el autocontrol. Nadie mejor que uno para ahondar en la causa de una tentación y buscar las estrategias para sortearla¨. Es difícil practicar el auto-control si no estás consciente de tus comportamientos y rutinas actuales.
El autocontrol es como un músculo y cuanto más se ejercite más fácil será aumentar nuestra fuerza de voluntad. Y este autocontrol no solo es privarse de ciertos deseos, sino de saber gestionar mejor los conflictos y cumplir mejor los objetivos, ya que la gente más disciplinada suelen tener mejor control sobre sus tareas.
Si bien es cierto que una mente ociosa siempre es presa fácil de los vicios y adicciones, también son cierto que esas mentes ocupadas que tienen claros sus objetivos y se concentran en ellos, difícilmente se alejan de sus propósitos e incluso si llegaran a desviarse del camino, será más fácilmente recuperable.

Tomemos en cuenta que las actividades productivas elevan la mente y el espíritu y la alejan de las oportunidades de adentrase en el mundo de los vicios. Los malos hábitos se vuelven para las personas sin nada que hacer, en una manera de ocupar su tiempo, en un refugio para el vacío que llegan a sentir ante la falta de un propósito, una dirección y meta clara que oriente sus esfuerzos en la vida.

Tristemente, muchas de las personas que no logran superar sus vicios es simplemente, porque no reconocen que existe un problema, no aceptan que algo anda mal y que necesitan emprender un conjunto de acciones para poder dejar los vicios y adicciones. Es elemental considerar que para cambiar un hecho o realidad en primer lugar debemos reconocer que esta existe, que es real y las razones de por qué es necesario cambiar. Cuando desde un nivel consciente aceptamos que existen cosas en nuestra vida que no están bien y que las debemos cambiar, en ese momento ocurre un movimiento determinante a nivel de nuestras estructuras internas que se disponen para hacer lo necesario para generar el cambio.

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