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SANTIAGO.- El sindicalista Juan Marte dijo ayer que el servicio que ofrece la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA)  fue  revolucionario  y eficiente en los primeros cuatro años del Partido de la Liberación Dominicana  y en los dos primeros del Partido Revolucionario Dominicano, pero de  “ahí a la fecha se ha desplomado».

Dijo que la falta de mantenimiento, de gerencia y el desinterés de parte del gobierno, para dedicarle más tiempo al Metro de Santo Domingo, son parte de los obstáculos que ha tenido este servicio de transporte en República Dominicana.

«El descalabro de la OMSA fue tan letal que no ha podido recuperarse jamás», manifestó.

Y es que de las 120 guaguas que estaban funcionando en Santiago, una parte permanece en los talleres de la institución, con  problemas mecánicos, falta de piezas y de neumáticos.

Los usuarios se quejan de que las guaguas tardan hasta más de media hora  para pasar  por el corredor central, que va desde el barrio Libertad hasta la sección de Gurabo.

Incluso, muchos denunciaron que los fines de semanas la OMSA está brindando el servicio en los autobuses con aire acondicionado, lo que conlleva un mayor gasto económico para la población, porque en vez de RD$5.00, son RD$10.00, que deben pagar por el uso del transporte.

En cuanto a la   tardanza de los autobuses, la usuaria del trasporte público, Andrea Pérez, aseguró que a veces prefiere coger un «concho» que esperar una hora por una OMSA.

“El servicio de la OMSA es tan preciario que ya francamente no tengo el mismo deseo de usarlo”, dijo Pérez, quien pidió que “ojalá que se pudiese arreglar”.  

Zoom

No respondió

Reporteros de HOY  trataron de comunicarse ayer con el director de la OMSA en Santiago, Félix Paulino, sin embargo este dijo a través de su secretaria que no estaba en la oficina, que llamaría más tarde al periódico, pero nunca lo hizo.

Presión

Los guardias de seguridad en la sede de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA)  en Santiago, trataron de presionar a los periodistas, alegando que «aquí nadie puede entrar ni tomar fotografías sin autorización del director».