¿Se quiere hacer coca?

¿Se quiere hacer coca?

El precandidato Miguel Vargas Maldonado ha sacado una de sus últimas cartas de debajo de la manga y dispara un cartuchazo de los que le quedan, cuando el doctor Virgilio Bello Rosa saca una culebra venenosa del sombrero de prestidigitador en vez de un inofensivo conejo.

No otra cosa fue la que soltó el distinguido compañero cuando aportó el interesante dato de que el Gobierno podría intervenir en la convención a celebrarse el próximo 6 de marzo.

Esa intervención se haría mediante el envío de personas que participarán en los comicios internos del Partido Revolucionario Dominicano para votar en los mismos. Si lo denuncia Virgilio Bello Rosa, convertido en portavoz de Vargas Maldonado, es obvio pensar que la carambola va dirigida, con todo el veneno posible, a golpear al candidato Hipólito Mejía.

La depuración del padrón electoral donde aparecemos los miembros del Partido Revolucionario Dominicano es un ejercicio en curso en toda la geografía nacional.

Probablemente Virgilio, Miguel y su grupo andan tras lo que denuncian, por aquello de poder decir, luego, que ellos habían advertido la posibilidad de que se produjeran alteraciones dentro del proceso de votaciones el día de la convención.

Es lógico pensar que al Gobierno y su Partido de la Liberación Dominicana les preocupa, como al Partido Reformista Social Cristiano y a los partidos minoritarios, quién va a ser el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Dominicano.

¿Acaso de lo que se trata es de jugar trúcamelo, de truquear resultados, o de participar en la fiesta de la democracia que es un certamen electoral?

El ejercicio de futurología que realiza el compañero Bello Rosa se compadece con la actitud del niño que ve cómo su causa va por mal camino y aprovecha que los demás participantes en el juego de bolas se entretienen, empuña la mayor cantidad de bolitas y grita: ¡coca¡ mandó la ley. Mientras el niño huye los demás lo descubren de él que no es capaz de actuar dentro de las reglas de juego, que no respeta compromisos adquiridos, que  su soberbia y engreimiento carecen de límites y que son incapaces de jugar con limpieza.

Por supuesto, también se pueden leer sus declaraciones como un reflejo del conocimiento adelantado de una derrota desastrosa y, ante tal realidad, hay que acotejar lo que viene, para producir los ruidos que se tienen preparados.

De todo hay en esa declaración, sumamente interesante del compañero Bello Rosa, dado que fue Miguel Vargas, su líder, quien pactó con el Gobierno a espaldas del Partido Revolucionario Dominicano ¿será que hay un nuevo pacto esta vez bajo cuerdas?

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