Se registra decadencia de la fiesta de fin de año de las empresas

Se registra decadencia de la fiesta de fin de año de las empresas

Rebecca Greenfield

La economía se está recuperando, las compañías gastan más en beneficios, se tiene en cuenta la satisfacción y la retención de los empleados. Y la fiesta de fin de año está en decadencia.

¿Es que a la gente no le gusta?

De las compañías encuestadas por la Sociedad para la Administración de los Recursos Humanos, el 65 por ciento dijo que planea hacer una reunión de fin de año para sus empleados, por debajo del 72 por ciento de 2012. En 1998, el 83 por ciento de las empresas encuestadas organizaba fiestas. La tasa de participación de este año no es tan baja como los niveles alcanzados en la recesión: en 2009, solo el 61 por ciento de los empleadores planeaban una soirée.

Pero, a diferencia de 2009, las compañías no optan por no hacer fiestas por razones financieras. Este año, solo el 6 por ciento de los encuestados mencionó limitaciones de presupuesto como motivo para eliminar la reunión, por debajo del 20 por ciento de 2009, el momento de mayor auge de las medidas de austeridad aplicadas por la crisis financiera.

“Quizá se dieron cuenta de que al parecer nadie las extraña”, dijo Evren Esen, director de programas de encuestas del grupo de recursos humanos.

Tal vez las compañías que originalmente eliminaron las fiestas como medida de reducción de costos percibieron que pocos estaban deprimidos por no tener la oportunidad de brindar con sus compañeros y jefes.

Los empleados tienen demasiadas cosas entre manos en esa época del año, señaló Cathy Coughlin, directora de Recursos Humanos de Old Line Bank, de Bowie, Maryland, que renunció a organizar fiestas tras aproximadamente una década de hacerlas. Es difícil encontrar un local céntrico para una concurrencia tan grande después del trabajo, explicó Coughlin, y “no queríamos hacer algo el fin de semana y que la gente se sintiera obligada a asistir. Hubiese sido otra carga para los empleados durante una época del año ya ajetreada”.

Ya sería bastante desagradable que la fiesta de fin de año fuera una obligación tolerable. Pero puede ser agresivamente irritante y en ocasiones desastrosa.

“Espero que la explicación sea ‘porque son lo peor’”, me dijo un colega cuando hablé de los resultados del sondeo. Fast Company reunió una nutrida lista de historias embarazosas. Inc. dio consejos para crear “Fiestas empresariales de fin de año a las que los empleados quieren asistir”. La combinación de compañeros de trabajo y alcohol a menudo favorece payasadas desafortunadas y puede acabar en que algunos se sientan ofendidos, algunas reputaciones queden manchadas e incluso recursos humanos tome medidas en el nuevo año.

Como los salarios están estancados, una encuesta de 2010 reveló que muchos empleados preferían recibir dinero o regalos a estar parados formando incómodos grupos y bebiendo –aunque sólo el 23% de las compañías encuestadas por la Sociedad para la Administración de los Recursos Humanos dijo que ofrecería regalos de fin de año no basados en el desempeño.

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