Después honrar el compromiso nacional de aumentar el presupuesto de educación hasta el 4% del PBI, le toca el turno al Sistema Nacional de Salud. Sí, llegó el momento de que el Gobierno Nacional vaya aumentando el presupuesto de salud en 0.5% anual hasta llegar al 6% del PBI con la finalidad de que la salud sea de buena calidad y llegue a todas las personas que viven en la República Dominicana.
En el año 2001 el país se abocó a realizar una profunda reforma de salud que trajo como resultado la creación del Sistema Nacional de Salud y el Sistema Dominicano de Seguridad Social. Para lograrlo se consultaron y armonizaron todos los sectores que inciden en la salud dominicana: esfuerzo extraordinario que culminó con la elaboración de los marcos jurídicos que sustentaron esas reformas como fueron las leyes 42-01 y 87-01.
A trece años de promulgadas estas leyes, falta ahora que se fortalezcan ambos sistemas tal y como fueron contemplados por esos marcos legales. En estos momentos hace falta que el Estado invierta más en el sector salud para cumplir con los compromisos contraídos en esta reforma.
El componente subsidiado, por ejemplo, debe recibir por ley el mismo monto en dinero en su Plan Básico de Salud que el componente contributivo y no lo recibe. Aún más, no se ha incluido en dicho componente a la totalidad de personas que deben disfrutar de seguridad social de acuerdo al plan inicial de un periodo de transición de diez años.
Aún el componente contributivo-subsidiado no ha iniciado, dejando fuera a todos los trabajadores por cuenta propia, sin que se haya discutido siquiera la manera de incluirlos en el sistema.
De acuerdo al experto en seguridad social, el colega Fulgencio Severino, “la seguridad social necesita incorporar por ley a unas 222,749 personas para pensiones subsidiadas para los envejecientes; 121,380 pensiones a madres solteras desempleadas; 80 mil personas que se deben asignar al seguro familiar de salud por pensionados del IDSS que actualmente han sido dejados fuera y tres millones de personas al Seguro Familiar de Salud por estar dentro del nivel de pobreza”.
El componente de salud colectiva, entre las cuales se encuentran las enfermedades que deben prevenirse, no cuenta con los fondos suficientes para evitar epidemias frecuentes como ha sido lo común en los últimos años.
El país sigue exhibiendo casos de rabia humana y de animales. De acuerdo a las declaraciones del director del Centro de Control de Rabia, durante el 2011 y 2012 no recibió ingresos para poder vacunar a perros y gatos callejeros.
El dengue es epidémico, bianual y no hay suficientes recursos para acortar las epidemias combatiendo los mosquitos en los barrios donde hay mayor concentración. Para combatirlos es necesario contar con recursos económicos para integrar a grupos organizados de la sociedad – Fuerzas Armadas, Bomberos, Ayuntamientos, Juntas de Vecinos, Clubes Deportivos y Religiosos – y a todas las personas que viven en esos barrios para la erradicación de los criaderos de mosquitos.
Necesitamos mayor presupuesto para los programas de VIH-SIDA, tuberculosis, enfermedades desatendidas como la filariosis – que nunca ha contado con presupuesto –, malaria y otras. Se requiere, igualmente, mayor presupuesto para la prevención de estas enfermedades endémicas en nuestro país, pero también para evitar el incremento en las enfermedades cardiovasculares, endócrinas como la diabetes, cánceres y otras catalogadas como enfermedades de países ricos.
Es importante que el gobierno se comprometa a aumentar en un 0.5% del PBI al sector salud e incrementarlo, de manera progresiva, anualmente, hasta lograr un pueblo educado y con buena salud.