Se resquebraja el clima de confianza

Se resquebraja el clima de confianza

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
El hecho, que durante la pasada semana la tasa de cambio experimentó un nervioso movimiento alcista, que no era de gran consideración, hace presumir que varios acontecimientos en el área política atacan lo que es la joya principal del Gobierno, que es su clima de confianza tan bien establecido, que ni el auge de la delincuencia ha podido sacudir.  El éxito principal del Gobierno, desde que iniciara su ejercicio constitucional en agosto del 2004, fue sembrar en el ánimo de la ciudadanía que las cosas se iban a enderezar y frenar la caída social, moral y económica que a toda máquina se venía produciendo, fruto de los desaciertos de la administración perredeísta, que había cesado en ese año, después de su derrota electoral.

La confianza, generada por las medidas adoptadas por las autoridades económicas, bajo una firme conducción del Banco Central, contribuyó a que en menos de un año ya el país volvía a ser objeto de crédito, el FMI había aprobado un programa stand by de exitosas consecuencias, la inflación se había reducido a niveles de menos de un 10%, después de haber alcanzado cifras por encima del 50% durante los primeros años del siglo XXI; la tasa de cambio recuperó una estabilidad que se ha mantenido durante los pasados tres años sin alteraciones bruscas, al tiempo que las reservas netas del Banco Central superaron los mil cien millones de dólares, para convertirse en un récord que sustenta la solidez y confianza que atrae inversiones y ha estimulado un crecimiento económico por encima del 9% anual.

El nivel de recaudaciones, que anuncian las oficinas recaudadoras con frecuencia, señala que los negocios, agobiados por el acoso fiscal, se ponen al día gracias a una reforma fiscal que ha producido un superávit presupuestario de más de cinco millones de pesos en los primeros cinco meses del año. El movimiento comercial, estimulado por el clima de confianza, ha hecho crecer las ventas cuando se observa de cómo ha aumentado el parque vehicular del país con la presencia de automóviles y jeepetas de elevado costo, así como un derroche de país rico que ha hecho crecer las recaudaciones fiscales como nunca visto.

Sin embargo, la gente percibe que algo no anda bien en la maquinaria política del Gobierno peledeísta, cuando afloran tantas diferencias entre los actores principales, mientras el Presidente permanece al margen de esos casos que afectan su gestión y hasta podrían perjudicar su reelección, que tan solo hace pocas semanas se daba por segura y ahora ya hay temores que no será tan fácil lograr un segundo período consecutivo.

Existen diferencias entre los miembros más conspicuos del gabinete, que cuando salen a la luz pública impactan en el sentir de la ciudadanía, aún cuando su preocupación mayor es el auge de la delincuencia, que no respeta ninguna zona y hora para atacar a la ciudadanía indefensa, se siente preocupada cuando los secretarios de Estado no se entienden entre si y no forman un equipo cohesionado en torno a su líder, que no los llama a capítulo o reemplaza a quienes no cumplen con los deberes de sus cargos.

El hecho de que el secretario de Obras Públicas grita, de que no tiene dinero ni equipos para reparar carreteras ni puentes, es señal de que el fortalecimiento de la poderosa oficina de ingenieros de la Presidencia, le ha causado estragos a su cartera que debería estar más activa frente un rápido deterioro de las vías públicas, como es el estado de abandono de la autopista Duarte, donde solo se corta la hierba de la franja central y de la 6 de Noviembre. Por igual, los encontronazos entre los secretarios economistas son los favoritos de la prensa para ver cómo se desmienten unos y otros. El escándalo entre legisladores peledeístas y Medio Ambiente planteó una realidad de cómo los políticos quieren burlarse del país, acción que se acentuó en el sector turístico, en donde las áreas nacionales de vocación turística son prestamente clasificadas, para favorecer a quienes tienen el poder de decisión política para su beneficio del desarrollo inmobiliario en hoteles y cabañas atractivas para extranjeros. Se desvirtúa el papel del servidor público a nivel ministerial, que procura satisfacer sus objetivos económicos amparándose en las facultades y mandatos que le brindan las leyes que amparan el funcionamiento de una dependencia gubernamental. El Presidente debe poner atención a ese amago de alza de la tasa de cambio, cuando no hay razones para la misma, pero hay factores intangibles en el sentir de la gente que quizás él ha pasado por alto, cuando es de mayor interés, aparte de la reelección, comprar aviones inadecuados para el propósito anunciado para justificar la adquisición de los mismos. El clima de confianza debe prevalecer, el Presidente tiene en sus manos que el mismo no se resquebraje, tomando acciones y decisiones firmes del líder que los dominicanos queremos ver y que tanta falta le hace al país.

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