JERICO, Cisjordania (AFP).- La rendición de Ahmad Saadat, líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), puso fin ayer a un asedio por parte del ejército israelí a la prisión de Jericó (Cisjordania), que provocó una ola de violencia y secuestros en los territorios palestinos. Dos palestinos resultaron muertos y otros 26 heridos en los enfrentamientos con el ejército israelí ocurridos en Jericó, cuando faltan exactamente 14 días para las legislativas israelíes del 28 de marzo.

Una tercera víctima mortal   falleció en Gaza en una serie de escaramuzas entre las fuerzas de seguridad palestinas y el ejército israelí, que llevó a cabo el mayor despliegue desde la retirada de la franja de Gaza, terminada el 12 de septiembre de 2005 tras 38 años de ocupación.

Por su parte, unos 200 hombres armados invadieron el martes por la noche la prisión de Belén y liberaron a ocho prisioneros, la mayoría miembros del grupo islamista de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, vinculadas al partido Fatah del presidente palestino Mahmud Abas, informaron fuentes de seguridad palestinas.

Tras haber proclamado que no se rendiría, Saadat salió del penal a última hora de la tarde con los brazos en alto y en dirección a los soldados israelíes, acompañado por un importante número de prisioneros.