Política monetaria Banco Central es garantía estabilidad macroeconómica
El aumento de la liquidez mundial ha abaratado los préstamos, lo que aprovechó el Gobierno el pasado 23 de noviembre para recomprar anticipadamente el principal pendiente de cuatro bonos globales, con vencimiento en 2021, 2024 y 2025, con rendimiento muy alto, 7.50%, 6.60%, 5.875% y 5.50%.
Para sacarlos de circulación pagó su valor facial más el diferencial del mercado secundario. A simple vista podría interpretarse que pagó mucho, pero lo que importa es el balance neto. Positivo para las finanzas públicas y la economía, alarga los pagos y sustituye deudas caras por una con menor precio, los inversores exigieron un cupón por debajo del marcado por la curva de rendimiento de los bonos globales.
Varios hechos jugaron un papel decisivo. Uno, el país tiene un Gobierno austero, que al mismo tiempo fomenta el crecimiento. Dos, como lo apuntan organismos internacionales y bancos de inversión, la política monetaria del Banco Central es garantía de credibilidad y estabilidad macroeconómica. Y tres, los inversores tomaron en cuenta, además, que con un arsenal monetario ultra expansivo, en un contexto de inflación estable alrededor de la meta, la Entidad Emisora promueve el rápido restablecimiento del PIB al nivel previo a la crisis sanitaria, y desde que tocó fondo en abril-junio 2020, el trimestre más destructivo de la recesión, las estadísticas reportan avances rápidos y sostenidos.
Con la reforma fiscal integral que se pondrá en vigencia después de junio, se iniciará el proceso de reducción de la presión acumulada en las cuentas fiscales por exceso de gastos sobre los ingresos, mientras es necesario extremar la política de abaratar la deuda en dólares y alargar su vencimiento, los agentes económicos y el mercado de capitales lo asimilan como parte de la consolidación fiscal.
Correcta fue la decisión del gobierno de reabrir el bono con vencimiento en 2032, para obtener el dinero con que pagar la recompra anticipada del principal pendiente de los cuatro bonos globales, sin engordar la deuda publica en dólares.
En concreto, en el corto plazo las cuentas fiscales se benefician con el pago de menos intereses, por reducción del rendimiento medio de los bonos0 de 6.16% a 6.06%, la menor amortización de capital al sacar de circulación los bonos recomprados, y con el alargamiento de vencimientos de los compromisos con acreedores internacionales, en el caso de los bonos globales en dólares, la madurez se extiende de 17.19 a 17.79 años.
Para amortizar deuda en dólares y pagar intereses, el Presupuesto General del Estado de 2021 aparta US$2,684 millones, 3.4% del PIB, se reduce en US$427 millones, creando espacio para, por ejemplo, que el gobierno aumente el volumen de vacunas importadas y acelere la lucha contra la pandemia.
Se tiene programado destinar US$16,645.6 millones para amortizar capital de deuda en dólares y sus intereses, periodo 2021-2025, con la recompra anticipada de los bonos la cifra baja a US$15,513.6 millones, generando un ahorro de US$1,132 millones.
Finalizo señalando que el deprimido precio del dinero en los mercados de capitales, que se mantendrá por un largo periodo, aumenta la capacidad de maniobra del Gobierno para profundizar la política de alargar la madurez y abaratar la deuda en dólares. Para nuevas recompras, es recomendable mantenerse como guinea tuerta, comparando rendimiento de los bonos soberanos.