Siendo el que estas líneas escribe presidente de la Organización Internacional del Cacao (IICO), firmé en tal virtud, el 22 de noviembre de 2002, un Acuerdo de Sede entre el Gobierno de la República de Còte d’Ivoire y la ICCO, por el cual la sede de esta Organización sería trasladada a la capital marfileña, lo más pronto posible.
Han transcurrido catorce años y por diferentes motivos muy valederos, la mudanza no se ha podido efectuar, no obstante la insistencia del Gobierno marfileño. Sin embargo, en Guayaquil en el año 2014, tras comprobarse que las Naciones Unidas habían disminuido ostensiblemente el riesgo de peligro, resultante de la conflagración armada en ese país, se decidió que en esta Noventa y Cuatro Reunión Ordinaria del Consejo, celebrada en Londres, del 28 al 30 de septiembre, se decidiría el traslado definitivo para Abidján en o antes del mes de abril de 2017.
Entre los problemas fundamentales que debería resolver el Consejo antes del traslado físico, se debía nombrar un Director Ejecutivo ya que el contrato del actual, Dr. Jean-Marc Anga, vencía en esta Asamblea. Pero, la convocatoria para la selección a éste cargo –en la cual se presentaron tres candidatos– fue anulada ya que dos de los aspirantes renunciaron y el tercero, un camerunés, que no obstante tener el respaldo de dos importantes Ministros de su país, fue invalidado debido a la no aceptación del Consejo de un candidato único.
Después de amplias consultas entre la bancada de los importadores y los productores, se llegó a una transición salomónica, la cual consistía en mantener el actual Director Ejecutivo por un período de dos años, ya que debido al inminente traslado para Abidján, no era conveniente mantener acéfala la dirección de la Organización.
El Dr. Anga ha efectuado numerosos traslados a Abidján, ya que la oferta inicial de sede, dos pisos en el edificio de la Filière de Café y Cacao, debido al tiempo transcurrido, fueron ocupados y el Gobierno en consecuencia, ofreció un edificio de tres plantas, el cual debería ser adecuado para servir de sede a la ICCO, corriendo el Gobierno marfileño con los gastos de adecuación y modernización de la obra.
No obstante esta decisión del Gobierno de Abidján, el Dr. Anga ha transitado en múltiples ocasiones en arenas movedizas, lo cual podría si no se tiene destreza, devengar en una verdadera situación de peligro, que podría dar al traste, no solo con el traslado, sino con la supervivencia misma de la ICCO. El haber propuesto el Dr. Anga la construcción de un edificio definitivo propiedad de la Organización, el cual sería construido por los miembros de la ICCO versando cuotas extraordinarias durante diez años. Esto aumentaría sustancialmente la cuota anual que contribuyen los Estados miembros, quienes han manifestado su total desacuerdo.
Al Director Ejecutivo se le cuestionó por esta insólita proposición. ¿Cómo es posible, que si el Gobierno de Costa de Marfil le otorga a título gratuito un inmueble para sede; porque construir en el término de diez años otro, el cual sería costeado por los Miembros titulares de la ICCO?
Somos de opinión, que la ICCO se traslade al edificio ofrecido a título gratuito por Costa de Marfil y que si hay que hacer mejoras o adaptaciones para los fines del buen funcionamiento de la institución se realicen, siempre teniendo en cuenta que los mismos sean moderados, ya que en realidad lo que se ha estado siempre buscando, es minimizar los gastos operativos.
El problema principal que se presenta en la actualidad es el del personal y su traslado para Abidján. De los dieciocho empleados, solo la mitad ha aceptado instalarse en la nueva sede. No obstante el Director Ejecutivo haber aceptado continuar en el cargo, se debe tener en cuenta que él es un ciudadano marfileño y que podría en circunstancias excepcionales, quedar subordinado a las autoridades locales, sin importar el rango de funcionario internacional que se le otorgará.
Hay muchas interrogantes que se deben dirimir y situaciones que también deberán ser esclarecidas antes de desplazarse definitivamente, ya que no es bueno realizarlas sobre la marcha. Esta es una decisión muy grave y formal, en donde cualquier circunstancia no prevista, puede echar por la borda, los cuarenta y tres años de la supervivencia de la ICCO, que no obstante estar algunas veces constreñida económicamente, ha desempeñado un papel moderador en las relaciones comerciales internacionales entre los países importadores y los productores de cacao.