Se van en llanto familias afectadas por derrumbe edificio en ensanche   Ozama

Se van en llanto familias afectadas por derrumbe edificio en ensanche   Ozama

Observar cómo en un segundo la propiedad adquirida con tanto sacrificio se desploma, pero al mismo tiempo estar vivos  y expresar sus sentimientos, fue motivo ayer de llanto y lamentaciones, pero también de agradecimiento a Dios porque  no hubo víctimas.

Cecilia Cayetano es la propietaria de la residencia que en la noche del sábado quedó bajo los escombros del edificio de cuatro niveles que se desplomó, por lo que ella, junto a sus hijos Stiven Heredia y Rosa Elena Frías, quedaron en la calle, con lo único que llevaban encima al momento de la tragedia.

En las primeras horas de ayer, cuando los familiares, amigos y vecinos comenzaron a llegar, para dar aliento, Cayetano, sus hijos, hermanos y otras personas  cercanas no pudieron contener el llanto y se abrazaron para lamentar lo sucedido.

Al mismo tiempo, una fuerza mayor los detuvo; entonces inclinaron la cabeza hacia el cielo para darle gracias al Todopoderoso por preservarles lo más valioso, la vida.

Por lo menos Cayetano tiene la promesa de la propietaria del edificio que colapsó, Yanet González, de que los daños serían resarcidos, aunque no se sabe cómo ni cuándo, ya que esta última tuvo que ser internada la misma noche de la tragedia por una hipoglicemia (disminución de los   niveles de azúcar).

Rosa Elena Frías, la menor de los dos hijos, narra que está viva por un  milagro, ya que hacía un trabajo de la universidad  cuando su hermano, que estaba en la calle, le gritó para que saliera porque el edificio en construcción  había comenzado a desplomarse, y apenas abandonó el hogar todo colapsó.

La licenciada Adelina González, abogada de los propietarios del edificio desplomado, explicó que desde hace cuatro años la obra estuvo en litis, ya que la ingeniera, de apellido  Duval, había estafado a los propietario con más de 12 millones de pesos y a pesar de que la justicia falló a favor de los dueños, ésta salió del país de manera ilegal.  Al otro extremo del edificio, en la casa número 9,  Rafael Pineda explicó que no se produjo una tragedia humana de gran envergadura porque el mismo Dios hizo que la obra gritara minutos antes del desplome, lo que alertó a los vecinos.

Considera Pineda que  el derrumbe  es una muestra de cómo anda el país en sentido general.

Obra autorizada

Técnicos del Ministerio de Obras Públicas realizaron una inspección a la zona del derrumbre para determinar sus causas, informó el ingeniero Frank Matos, asistente del ministro Víctor Díaz Rúa.

Matos dijo que para  hoy tendrá listo un informe físico y  sobre  la legalidad de la construcción,   para determinar los tipos de sanción o posibilidad  de  sometimiento a la justicia.

Indicó Matos que por    ser día feriado   no tenían a mano los detalles legales.

La obra contaba con los permisos de uso de suelo, linderos, parqueos y densidad que regula el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, informó Miguelina Santana, encargada de Planeamiento Urbano de ese ayuntamiento.

Destcó Santana que  el Ministerio de Obras Públicas es responsable de la supervisión a nivel estructural.

Mientras que el presidente de la Asociación de Promotores de Viviendas (Acoprovi), Fermín Troncoso, dijo que es poco probable que sea miembro de esa entidad el constructor del edificio, ya que ellos insisten en el cuidado de las normas estructurales.

 Sostuvo, además, que todos los proyectos que se inician cuentan con los requisitos que establece Obras Públicas y que de acuerdo a indagatorias preliminares que ha hecho,  la construcción era ilegal.

Troncoso señaló que  casos derrumbes de construcción son inusuales cuando se construye debidamente, aunque puedan producirse accidentes.

Cuestionado sobre quién debe cubrir los daños a terceros, Troncoso explicó que tiene que ser el seguro de la obra y que en caso de no contar con uno, debe correr por el constructor.

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