La ansiedad y el estrés pueden agravar la dermatitis atópica
Ustedes saben cuál es el órgano más conectado con la mente? La piel, sí, así como lo ven, la piel con todas sus terminaciones nerviosas es el mayor de nuestros órganos, con e ntre 1,5 y 2 metros cuadrados (como una toalla de baño), y unos 5 kg de peso. La piel es mucho más que un vestido transparente que recubre todo el cuerpo, mucho más que una barrera entre el interior y el exterior. Por eso, lo que le pasa a la piel afecta al cerebro, y viceversa.
Razón por la cual la piel es reflejo de patologías psiquiátricas, y la relación entre mente y piel obliga a un tratamiento diferente. La dermatología psiquiátrica se consolida como una opción integral porque entre el 30 y el 40% de consultas de dermatología, son asociadas a factores emocionales. La ansiedad y el estrés pueden agravar la dermatitis atópica, provocando somatizaciones cutáneas, que son esas patologías que vienen producidas o favorecidas por algún factor psicológico y la influencia del ambiente.
La piel capta, procesa y transmite una gran cantidad de estímulos en el día a día, y estos nos afectan, por eso cuando tenemos un problema en la piel, suele indicar un desequilibrio en el sistema nervioso. Y cuando la mente no está en equilibrio, se manifiesta en la piel. De ahí las somatizaciones que se reflejan en la misma, por esas tensiones que se viven en el cuerpo.
Por lo cual, la piel puede avisar de enfermedades internas con cambios en su color o textura, con aparición de granos o de manchas. Proporciona el sentido del tacto, puede ser áspera o delicada, suave o arrugada, según dicten las necesidades o la edad.
La piel tiene mucho en común con el sistema nervioso porque tienen el mismo origen embriológico y comparten neuromoduladores que transportan la información interna. Las emociones también se expresan en la piel:
- Un estado de estrés pone la piel roja, se calienta, como cuando sentimos la vergüenza o la ira.
- Palidece ante el miedo
- Está radiante ante la alegría y la felicidad, expresando la buena salud del sistema nervioso.
Indican que, como un espejo, así se relacionan piel y cerebro. Por eso, problemas en la piel como el acné, o la psoriasis, que comprometen la autoimagen, pueden acabar produciendo tristeza o depresión, ¡y viceversa!
También resulta que, de todos los órganos del cuerpo, la piel es el más versátil. Es el único órgano que está directa y constantemente abierto al exterior, que nos protege de agentes externos, del calor y el frío, del aire y los elementos, de las bacterias, es impermeable, se repara y lubrica a sí misma, incluso elimina algunos residuos del cuerpo.
Nada mejor que el contacto y el tacto para nuestra supervivencia, así como cuando fuimos recibidos en este mundo al nacer con besos y abrazos que aportaron a nuestra piel y a la flora bacteriana del grupo familiar. Necesitamos caricias toda la vida, porque la piel refleja nuestra memoria celular y toda nuestra vida física y emocional.
*La autora es Psicóloga Clínica