Cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios. Job 38: 7
Cada día debemos tener el corazón alegre manifestando que estamos agradecidos por todo. Dios todo lo hizo bueno, para que lo disfrutemos y veamos Su amor para con nosotros en todo lo creado y no haya motivo para que nos deprimamos, sino que lo alabemos y glorifiquemos a cada momento.
Las circunstancias que estemos viviendo no pueden opacar Su grandeza; tenemos que vencerlas por medio de la fe, la cual nos hace ver a Dios en todo lo que existe, manifestándose cada segundo en nuestra vida. Hasta el perfume de una rosa, que la hace inigualable, muestra que fue Él quien la creó; también los colores que la revisten para que nuestros ojos se deleiten de la amalgama de tonos que distingue una de las otras.
En el momento cuando un sentimiento extraño quiera adueñarse de nuestra vida tenemos que recapacitar y pensar en todo lo creado. Porque ningún artesano, pintor, maestro, escultor podría hacerlo. Démosle las gracias por tanta hermosura en la obra de Sus manos para nosotros Sus hijos amados. Todos alabemos día y noche Su Santo nombre.