Seamos más seriecitos

Seamos más seriecitos

Hace un par de días una manifestación de varios centenares de ciudadanos preocupados por el medio ambiente se paseó frente al Palacio Nacional protestando en contra de la explotación minera de la loma de Miranda, cerca de Bonao, ¡por la Barrick!

El disparate (el níquel de la loma de Miranda sería minado por la Falconbridge, subsidiaria de Xstrata, no por Barrick) era casi cómico, pues había carteles que decían “el agua de Miranda vale más que el oro”, cuando que se sepa de la loma de Bonao no se sacará oro sino níquel.

Pero comoquiera el argumento merece discutirse, porque ¿realmente el agua vale más que el oro o el níquel? Con los beneficios que dejó al Estado la operación de la mina de la loma de La Peguera por la Falconbridge en los años ’70, el gobierno de Balaguer construyó varias presas donde hay cientos de veces más agua que la que había en La Peguera.

Es cierto que sin agua no puede vivirse y que el oro o el níquel no son indispensables para la vida. Pero este argumento es pueril, pues a nadie se le ocurriría pensar que una nación está obligada a escoger entre uno u otro, como si la explotación de las riquezas minerales con respeto al medio ambiente –que es posible gracias a los avances tecnológicos- no constituyera una bendición, especialmente para países pobres desesperadamente necesitados de recursos para financiar su crecimiento y desarrollo.

También es cierto que los recursos hídricos del país merecen el mayor cuido y es algo maravilloso que cientos de ciudadanos comprometidos se involucren en manifestar su sentir al respecto, mediante marchas pacíficas en reclamo de soluciones.

 Pero en vez de hacer el ridículo confundiendo los minerales de distintas mineras, quizás deberían dirigir su atención al hecho anunciado ayer por la Corporación del Acueducto de Santo Domingo (CAASD), de que casi 200 millones de galones de agua son desperdiciados o se pierden diariamente en Santo Domingo, por fugas o por descuido de los clientes del acueducto.

Es casi la mitad del agua que es puesta a disposición de la ciudad y mueve a preocupación legítima, pues esa cantidad de agua en un solo día me parece es más que el volumen completo de la famosa loma de Miranda, aunque la comparación hiperbólica sea sólo una metáfora. ¿Piquetearán ahora a la CAASD?

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