Seamos parte de la solución

Seamos parte de la solución

Es fácil dejar que las noticias sobre los grandes problemas ecológicos que tenemos en el mundo, nos preocupen y nos hagan sentir atemorizados, porque pensamos que la solución del problema está en manos de otros. Pero, mientras los gobiernos y las grandes compañías decidan tomar las medidas necesarias para detener y reparar el daño ecológico, somos nosotros, los verdaderos perjudicados, los que en verdad podemos comenzar por hacer algo concreto cada día, si somos conscientes y cambiamos algunos hábitos, para contribuir con la solución. Millones de personas pueden lograr, con acciones simples, sencillas y de bajo costo, cambiar y hasta mejorar el panorama.

La solución radica en ocuparse en lugar de preocuparse. ¿Cuál es la diferencia? La preocupación es una respuesta inútil a una situación difícil, puramente emocional, que solo provoca estrés y desgaste. Además, cuando uno se preocupa no piensa más que en el problema. Ocuparse, en cambio, es un proceso racional y constructivo, en el que pasamos de ser parte del problema, a convertirnos en parte de la solución. Pues, dejemos de pensar con temor en el desastre ecológico, y comencemos a buscar, con calma y conciencia la solución práctica y saludable.

Ante las noticias negativas, en vez de cacarear como gallinas asustadas, corriendo de un lado a otro, debemos detenernos a responder varias preguntas: ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Cuál es la probabilidad de que este evento ocurra?¿Qué puedo hacer yo, para resolver el problema,? ¿Cómo puedo prevenirlo o prepararme para afrontarlo? ¿Por dónde comenzar?

•Cambia, desconecta o usa lo menos posible todo aquello que despida calor: Bombillos incandescentes, calentadores de agua, secadoras de ropa, motores de aire acondicionado, secadores de pelo… No uses más luz de la necesaria, apágalas cuando no las necesites, cámbialas por bombillos ahorradores, y baja el consumo hasta un 60%. Cambia la potencia; en vez de una de 100, coloca bombillos de 60 watts, y ahorrarás un 30% adicional. Enciende el calentador de agua media hora antes de bañarte. Mantener un calentador prendido es como si tuviera 25 bombillas de alto consumo encendidas al mismo tiempo.

•No desperdicies el agua, no dejes correr el agua mientras te cepillas los dientes, te afeitas, te   enjabonas, te echas shampoo o enjabonas los platos.

Una familia puede ahorrar hasta 75,000 litros de agua en un año, con solo moderar su uso. Cuida las fugas, una sola llave goteando, puede desperdiciar hasta 200 litros de agua sin que te des cuenta; lavar el carro con manguera gasta 550 litros de agua y con una esponja solo 50 litros.

Hay mil cosas que puedes hacer para motivar y enseñar a otros. Recuerda que tus hijos, tus amigos y tus compañeros de trabajo te están observando. ¡Inspíralos! Estoy segura que con tu ejemplo los contagiarás. Una sola persona ayuda a proteger el ambiente; dos podrán hacer más; un grupo hará milagros; muchos grupos ¡harán el cambio! Participa, da ejemplo, motiva. Todo comienza con una persona: ¡Tú!

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