Secretaría de Asuntos Comunitarios

Secretaría de Asuntos Comunitarios

El director de la Dirección General de Desarrollo de la Comunidad (DGDC) planea mediante un proyecto de ley que esa dependencia estatal sea elevada a la Secretaría de Estado de Asuntos Comunitarios.

En efecto, Luis Acosta Moreta (El Gallo), mediante un común afecto, me envió el citado proyecto, que he deseado conocer desde que por primera vez hace unos meses conversó sobre el particular con el suscrito. Es un propósito laudable que pretende cubrir una mayor asignación social entre los más preferidos de la sociedad que por desgracia en países como el nuestro signado por la mácula del subdesarrollo, son los más.

La DGDC se maneja con un magro presupuesto que, empero, cubre y soluciona una mirada de apremios sociales con sumas pequeñas, una cisterna común, un pozo tubular, millares de mosquiteros que controlan el paludismo y el dengue, eliminación de alimañas que transmiten enfermedades a lo humanos (zootecnia), pequeños acueductos para poblaciones reducidas, un mundo grande con soluciones pequeñas. Mediante la amplitud de este sistema social elemental en nuestra sociedad, la proyectada Secretaría de Estado de Asuntos Comunitarios no sobra, sino que procede por todos los puntos de vista su aprobación congresional con el previo visto positivo del presidente Leonel Fernández.

Son proyectos conforme es posible intuir y percibir, de una amplia resonancia social que irremisiblemente redituarían en provecho del presidente Leonel en especial y de los irredentos en sentido general, y a los cuales no vislumbro inconveniente alguno. Es la tesitura con la cual los congresistas deberían ponderar el proyecto de ley para formalizar la creación de la Secretaría de Asuntos Comunitarios en la plena certidumbre de que no perjudicará a nadie, sino que diseminarán los pequeños  bienestares en torno a la inmensa mayoría.

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