¿Secretaria y sexy?

¿Secretaria y sexy?

No estamos en la década dorada de “Mad Men”, en la que la mujer iba a la oficina muy femenina, ajustada y en las alturas, pero tampoco en esa era gris de blusa pechera con encaje y zapatitos de medio tacón. Hoy, los códigos de vestir en el trabajo han encontrado nuevos lenguajes sin dejar de lado la moda.

Desde las figuras marcadas de los años 60 que muestra la serie “Mad Men”, con faldas de tubo y vestidos ceñidos, pasando por las chaquetas con hombreras ochenteras y los suéteres con cinturón que lucía Melanie Griffith en la película “Working Girl”, la moda ha tratado de combatir la uniformidad de los trajes oscuros que pueblan los despachos, pero manteniendo los códigos de vestimenta.

Esta temporada lo intenta reinventando las piezas clave del estilismo de oficina. Los trajes monocolor de dos piezas, las faldas, los vestidos y la clásica combinación de pantalones con chaqueta son básicos atemporales e indiscutibles que se mantienen como tendencia con cortes diferentes, combinaciones más atrevidas y salpicados por el color de los complementos.

Larga vida al traje. Los trajes de sastre, un básico recurrente, se transforman para dar lugar a “dos piezas” más contemporáneos, como los propuestos por Stella McCartney, que apuesta por trajes en gris con chaquetas que se alargan hasta cubrir las nalgas, o Christian Dior, que opta por un largo similar en color verde militar y por acortar los pantalones, para que dejen ver algo de pierna.

En tonalidades más claras, Nina Ricci opta por el color “nude” y la lana, y Prada subió a la pasarela esta temporada un traje dos piezas color rosa chicle, ideal para romper con la oscuridad de las prendas de oficina.

Las faldas tubo también siguen siendo un básico de moda, siempre que no se combinen con una impersonal camisa blanca y una chaqueta americana.

Max Mara apuesta por acolcharlas y darles un tono plateado y Hugo Boss por revitalizar la clásica falda azul marino, incluyendo unas franjas naranjas laterales que aportan contraste.

Un suéter monocolor y una cazadora elegante son una buena opción para aportar un aire más fresco a la combinación.

De noche y de día. El mismo estilismo se puede reutilizar para la noche, cambiando los zapatos de salón o los botines por unas elegantes sandalias negras de tacón, y el maletín repleto de papeles por un bolso tipo “clutch”.

Las faldas con vuelo en colores neutros también son una buena opción para la oficina, combinadas con botines de ante y complementos que aporten un toque de distinción.
La chaqueta masculina con cuadros ingleses, junto a un pantalón básico blanco y un suéter rayado del estilo de los años 70 es otra de las tendencias de la temporada para oficinistas, secretarias o directivas, que también pueden optar por los vestidos de tejidos suaves como el punto, de manga larga, ceñidos al cuerpo y que se alargan hasta tapar las rodillas.

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