El secretario general del Movimiento Izquierda Unida, MIU, Miguel Mejía, y Ministro para Políticas de Integración Regional del Gobierno dominicano, calificó hoy como inaceptables las obsesiones de Ralph Golsalves, primer ministro de San Vicente y Granadinas y Ex presidente del CARICOM, en contra de la República Dominicana.

Mejía resaltó que el objeto de sus críticas ahora no son solo el injusto orden económico internacional, sino el Plan de Regularización de Extranjeros que el gobierno de República Dominicana ha puesto en práctica enfrentar el problema migratorio de manera ilegal, que no es solo de nacionales haitianos.

El secretario general del MIU dijo que en las expresiones de ataque en contra de la regularización que se realiza en el país, quedan a salvo y casi perdonadas las potencias explotadoras, con pasado colonialista o imperialista.

Mientras que utiliza calificativos denigrantes en contra de la política soberana de un Estado caribeño, pequeño y subdesarrollado como este país, que intenta hacer cumplir sus leyes y su Constitución, y los esfuerzos de un pueblo por lograr un ambiente de orden que le permita avanzar y salir de sus agobios.

Expresó que al parecer Gonsalves ha hecho las paces con sus tradicionales enemigos y está firmemente decidido a enemistarse con sus antiguos amigos.

“Cabe sospechar que lo anima la creencia que de esta manera podrá ser perdonado y admitido por los que ayer combatió. O quizás, se trate de un simple truco publicitario, de una burda estridencia propagandística para no abandonar el escenario de la opinión pública internacional y lograr un destaque que no merece por su trayectoria”, apuntó Mejía.

Dijo que los calificativos, que por hacer cumplir sus leyes soberanas ha merecido la República Dominicana, van desde “inaceptable” hasta lo “antiético”. El fondo de la cuestión, y el origen de sus tenaces obsesiones, las ha revelado en declaraciones, el propio Sr. Gonsalves:

“Es inaceptable tener una política pública en relación con la ciudadanía basada en la etnicidad o en los orígenes nacionales”.

De esta manera quedan claras dos cuestiones: la primera, que el Sr. Gonsalves no conoce la situación migratoria que vive actualmente la humanidad y confunde las políticas de deportaciones, o expulsión de inmigrantes del Tercer Mundo, puestas en vigor por la Unión Europea y Estados Unidos, con las que está aplicando República Dominicana; en segundo lugar, que el Sr. Gonsalves padece una ignorancia preocupante alrededor de lo que está sucediendo en nuestro país, lo cual no le impide emitir, cada cierto tiempo, opiniones temerarias en pose de oráculo.

Sea lo que fuese, lo cierto es que con su alevoso despiste y su bien calculada manipulación de la realidad, el Sr. Gonsalves ha logrado influir sobre ciertos miembros del CARICOM, arrastrándolos a su favor, y está resultando sospechosamente simpático para las grandes potencias causantes, en parte, de los males de Haití, y culpables de abandonar ese pueblo a su suerte. También para un manojo vergonzoso de “organizaciones de la sociedad civil”, que como buitres y chacales, viven del dinero y las ayudas que, supuestamente, debieron aliviar el sufrimiento y propiciar el desarrollo de la vecina nación.

Ralph Gonsalves quiere que le sea perdonado su pasado rebelde ante las potencias mundiales. Quizás esté aspirando a algún cargo en un organismo multilateral, y acumula méritos, a costa de República Dominicana, para que se le tenga en cuenta.Lo cierto es que cobra renovada vigencia la frase con la que respondió a sus ataques, en enero de 2014, durante la celebración de la II Cumbre de la CELAC, que tuvo lugar en La Habana, el presidente Danilo Medina:

“Yo le quiero pedir, Sr. Ralph Gonsalves, que gobierne en San Vicente y Granadina y permita que a República Dominicana la gobernemos nosotros… Y no creo que Usted haya hecho por Haití lo que ha hecho la República Dominicana…”

Ante el nuevo brote de las obsesiones del Sr. Gonsalves, los dominicanos reiteramos nuestro apoyo al cumplimiento de las leyes nacionales y exigimos el respeto a nuestra soberanía, sin injerencia extranjera.

Aunque a fuerza de repetitivo se hayan vuelto molestos, hay que reconocer que los ataques cíclicos del Sr. Gonsalves están propiciando un fortalecimiento de la unidad nacional, alrededor de nuestra enseña patria y nuestras leyes, que décadas de educación y prédica cívica no han logrado.Al menos, sus obsesiones y afán de protagonismo histriónico han tenido esa virtud».