La crisis del sector eléctrico, problema en el cual han fracasado los tres partidos y sus respectivos gobiernos, representa una de las principales desventajas competitivas para el sector productivo y además, en los últimos cinco años por el monto de los subsidios, se ha convertido en el mayor consumidor de recursos presupuestarios y un competidor frente al gasto social.

Antes del 1996 había apagones y una capacidad instalada insuficiente, con posterioridad  a la capitalización el sector privado invirtió en plantas, mejoro el suministro, pero los apagones financieros continuaron porque ninguna empresa  es sostenible cuando la mitad de lo que produce, en este caso la energía, no sea pagada por los usuarios.

A partir del 2004, con la mejoría en el servicio y el aumento sostenible en los precios de los combustibles, el sector eléctrico se convirtió en el principal demandante de recursos públicos en una progresión tal que mientras desde septiembre a diciembre del 2004 el gobierno entregó RD$2,833.6 millones en subsidios a la CDEEE, esa suma aumentó hasta RD$38,609 millones en el 2008 y en este año hasta abril había consumido RD$4,516.6 millones.

En cuatro años y siete meses, desde sep. 04 hasta abril 09, el gobierno había gastado  RD$93 mil millones en subsidios al sector y el pasado año esa suma represento el 2.4% del PIB, mucho mas de lo dedicado al sector educación, o la salud, mientras la deuda con los generadores supera los mil millones de dólares y no se detiene. Ahora que el estado recuperó las distribuidoras se ha propuesto la integración vertical con los generadores, la entrega de la administración a firmas privadas, sin embargo el problema sigue siendo el mismo y la solución también, sencillamente romper con la cultura del hurto eléctrico, cobrar el consumo y subsidiar a los mas pobres como se pretende al través de la tarjeta solidaridad.

Al presidente Leonel Fernández le restan tres años y dos meses de gestión en el presente periodo para acometer la tarea de atraer capitales privados al sector para satisfacer la demanda futura, modificar la matriz de generación con la finalidad de disminuir la dependencia del petróleo y reducir la tarifa a niveles competitivos con la región y lograr la sostenibilidad financiera de la industria. Un sector eléctrico con esas condiciones liberaría al fisco de esa carga onerosa y permitiría que se dedicaran a mejorar la inversión en salud, educación e infraestructuras. Subsidios por 38 mil millones el pasado año y 25 mil millones este, si no sigue el alza del petróleo, representa un desperdicio y un crimen frente a la deuda social acumulada con los mas pobres.