Sector eléctrico: talón de Aquiles fiscal

Sector eléctrico: talón de Aquiles fiscal

La crisis del sector eléctrico representa una de las principales desventajas competitivas del país. También representa una carga insostenible desde el punto de vista fiscal y  del cumplimiento de las metas del programa con el FMI, cuestión que se puso de manifiesto desde la primera revisión del acuerdo.

A una administración que cumplió exitosamente con el anterior acuerdo stand-by, en ocho revisiones trimestrales y la implementación de las reformas financiera y de la administración fiscal, sin embargo en un acuerdo con menos condicionalidades como el presente, de las cinco metas monetarias y fiscales no pudieron cumplir con dos, recibiendo la dispensa correspondiente por parte del Directorio del FMI, y justamente fueron un aumento del déficit fiscal en 0.4 puntos porcentuales, originado en un incremento de los subsidios eléctricos, más atrasos corrientes en el pago a los generadores de electricidad.

El sistema eléctrico es financieramente insostenible porque un alto porcentaje de los usuarios no paga el servicio. Por ejemplo, en el 2009 del 100% de la energía facturada por los generadores a las distribuidoras, estas apenas pudieron facturar el 65.09% y de ese monto cobraron el 87.95%, resultando en pérdidas totales de 42.85% y esas pérdidas son absorbidas por una tarifa muy alta para los clientes que pagan el servicio y el resto es subsidiado con recursos presupuestarios que desde el 16 de agosto del 2004 al 31 de junio del 2009 (último dato publicado por Hacienda) alcanzó la friolera de RD$93.2 miles de millones. Imagínese el impacto de esos recursos en educación, salud o en infraestructuras.

En el sector eléctrico las autoridades se comprometen en la carta de intención ante el FMI a elevar en 500 mil el número de clientes para este año, aumentar los beneficiarios del bono luz de 11 mil a 50 mil y ¨adoptar un mecanismo flexible de precios para eliminar la brecha entre la tarifa indexada y la tarifa actual¨ y lo más preocupante es que plantea al final del camino una tarifa técnica que cubrirá el costo de generación, transmisión, distribución y las pérdidas en eficiencia del sistema. Eso significa que en caso de que las distribuidoras no logren reducir de forma sustancial las pérdidas, estas deberán ser incorporadas a una tarifa aplicable a los usuarios del sistema que cumplen con sus obligaciones y pagan sus facturas.

El sistema eléctrico representa el talón de Aquiles fiscal para cumplir con las metas trimestrales del programa con el FMI. Ahora bien, si las autoridades logran rebasar esas metas y el cronograma de la reforma en el sector, estarán sentando las bases para comenzar a resolver el principal obstáculo a la competitividad del país y a liberar recursos fiscales que hoy se derrochan en un subsidio inútil y mañana podrían ser destinados al gasto social y a las inversiones en el propio sector.

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