En los primeros tres meses de este año, el sector industrial se contrajo en 2.6% por efecto del impacto de la depreciación cambiaria en los costos de producción que enfrenta la industria.

Entre los factores que incidieron están los altos costos de la materia prima importada, la tarifa eléctrica y las altas tasa de interés, en un ambiente de contracción monetaria, indica el informe de la economía para el período enero-marzo del 2004.

«En adición, la actividad se vio afectada por una menor demanda de productos industrializados, en un escenario de inflación», dijo.

Entre los subgrupos que conforman el sector manufactura hubo un comportamiento disímil, ya que mientras la producción industrial doméstica no azucarera decreció 4.3%, el subsector ingenios y las zonas francas crecieron 6.1% y 1.1%, respectivamente.

En la caída de la industria local no azucarera se destacan las reducciones de productos como la leche en 27.9%, por el impasse surgido con los precios de venta entre ganaderos y empresas pasteurizadoras.

También, las pastas alimenticias que bajaron en 32.6%, por los problemas sufridos en la materia prima que se utiliza en el procesamiento de la producción de una de las empresas del sector.

La construcción cayó en 5.4%, por la salida del mercado de una de las principales empresas productoras de pinturas que se encuentra en reestructuración.

«En cuanto al desempeño de la construcción, cabe destacar que a pesar de la disminución del sector en 0.4%, dicha contracción representa una notable mejoría en comparación a los niveles registrados en el mismo trimestre del año anterior, por el desempeño favorable de la producción de varillas, producto de mayor ponderación de la muestra.

AEl proceso de devaluación junto a los efectos derivados de las medidas de política monetaria tendentes a reducir la liquidez, continúan influyendo en el comportamiento de esta actividad», indica el informe.

Las ventas en los volúmenes de cemento bajó en 3.6% y de pintura en 0.5%, en tanto que la electricidad y agua se contrajo 21.9%, por la caída combinada del consumo energético, la generación eléctrica y el volumen de agua potable suministrado a la población.

La generación eléctrica decreció 15.4%, con respecto al nivel alcanzado en enero y marzo de 2003, por la existencia de varias unidades generadoras inactivas como consecuencia de la escasez de combustible, algunas fallas técnicas y problemas financieros.

«Este déficit de generación conjuntamente con el uso más racional de la energía consumida por parte de los sectores económicos afectados por el alza de la tarifa eléctrica, provocaron una contracción de 22.2% en los megavatios facturados», indicó.

Hoteles, bares y restaurantes, comunicaciones y el gobierno, exhibieron un ligero crecimiento entre enero y marzo de este año.

En ese orden, hoteles, bares y restaurantes crecieron 5.1%, como consecuencia de las inversiones realizadas en el sector y del incremento en la competitividad generado por la devaluación del peso dominicano.

Las comunicaciones mantuvieron el ritmo de crecimiento de años anteriores, al registrar una expansión de 13.0%, siendo el grupo más dinámico el de la telefonía móvil, lo que se explica por las ofertas de planes competitivos de precios de las principales empresas del sector.

Entre enero y marzo de este año, el Producto Interno Bruto cayó en 0.2%, por efecto del aumento en los precios de los combustibles, los efectos derivados de la crisis bancaria y la depreciación de la moneda.

La agropecuaria se expandió 2.3%, influenciada por la eliminación de la política de regulación de la producción de pollo, puesta en funcionamiento por la Dirección General de Ganadería y el Consejo Nacional de Producción Pecuaria.

La producción de carne de pollo se incrementó en 21.7% en el primer trimestre del año. Este resultado se reflejó en una expansión de 12.8% en el subsector ganadería.

La agricultura experimentó una caída de 4.4%, atribuible en gran medida al impacto que tuvieron las inundaciones ocurridas en diferentes regiones del país sobre la cosecha de tomate, arroz en cáscara y habichuelas.

La minería creció 10.5%, impulsada por tasas de crecimiento de dos dígitos en el volumen de producción de níquel y yeso.

En cuanto al comportamiento de los diferentes renglones que componen la actividad minera, se destaca una expansión de 16.1% en la producción de níquel, debido a precios favorables en los mercados internacionales y un incremento de 31.1% en la extracción de yeso, sustentado en una mayor demanda externa de este producto.

Mientras que la extracción de los principales agregados de la construcción, experimentó una caída de 3.6% influenciada por el impacto de la recesión económica sobre el volumen de inversión en el sector.