Sectores dinámicos crean pocos empleos

Sectores dinámicos crean pocos empleos

Los economistas Apolinar Veloz y Pavel Isa coinciden en  que el crecimiento de  las cifras  de empleos informales en el país se debe a que la fuerza laboral crece mucho más que la capacidad que tiene la economía para generar  puestos de trabajos  formales.

También a que, en estos momentos,  la política  en ese sentido   es la “cenicienta”,  pues no cuenta con ninguna clase de estímulo.  

Veloz dijo que el mercado laboral informal en  la República Dominicana  es una alternativa a la insuficiencia de empleos generados por las firmas privadas, pese al extraordinario crecimiento económico de los años noventas y los primeros años del nuevo milenio, exceptuando los años 2003 y 2004.

Resaltó además que, de la misma manera, “resulta insuficiente también el dinamismo clientelar que, recientemente ha mostrado el sector público en el mercado de trabajo,  incapaz de complementar la oferta de trabajo privada, persistiendo el desempleo (17% en promedio) y sobresaliendo la generación de empleo informal”.

Lamentó que, en efecto, según las estadísticas oficiales el 71% de los empleos son auto-generados por aquellos trabajadores que no encontraron oportunidades reales en el mercado laboral formal.

“Aparentemente, el crecimiento de la fuerza laboral excede a la generación de empleos formales y, por consiguiente, en toda la ciudad aparecen los llamados chiriperos  en una cuantía espectacular”, subrayó.

Agregó que en estos empleos se trabaja más de doce horas diarias y registran baja productividad, y que esas  dos características son  antesala para la conformación de un ejército de pobres.

Dijo que una explicación a  este fenómeno es que los  sectores que más crecen en la estructura del Producto Interno Bruto (telecomunicaciones, comercio, construcción, zonas francas y turismo) absorben poca mano de obra. Además, éstos demandan alrededor del 70% de la mano de obra con niveles educativos que están por encima del promedio del chiripero.

 “Resulta reconfortante que la clase empresarial dominicana haya iniciado reflexiones de su entorno productivo, mediante la observación de las consecuencias de sus decisiones sobre el desarrollo sostenible”, comentó.

 De su lado, Isa atribuyó esa situación a que   luego de la erogación de la Ley 292, no se cuenta con una   política de desarrollo productiva, y se ha conformado con las ideas que impuso el consenso de Washington, el cual plantea que el buen funcionamiento de los mercados era el mejor estímulo para el desarrollo productivo, por lo que el país se encuentra ahora con una idea totalmente distinta.

Consideró que la política de empleo en estos momentos en el país es la “cenicienta” de la política pública, ya que no cuenta  con ninguna clase de estímulo.

Agregó que se creó una confianza basada en la reinserción de la economía dominicana a través de los sectores de zonas francas y turismo, que sería sostenida por largo tiempo.

 Sin embargo, dijo que  desvanecidos  los incentivos externos y al no  sostenerse el invernadero que se inventó para la incubación y el  crecimiento de las zonas francas por carecer de bases  sólidas, surgió  “un monstruo de arena”. Sugirió  políticas activas de fomento de la actividad productiva nacional y del empleo.

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Sector agrícola

Apolinar Veloz planteó  que la agricultura, que antes absorbía mano de obra con bajos niveles educativos, registra un estancamiento progresivo que, por consiguiente, expulsa mano de obra. En tanto, Pavel Isa resaltó que el abandono de la agricultura  es el más dramático y penoso, en vista de que el gasto público en ese sector ha venido disminuyendo a lo largo de los últimos 20 años. Citó el ejemplo de que  las infraestructuras agrícolas están  totalmente abandonadas.

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