Sed justos, lo primero, si queréis ser felices

Sed justos, lo primero, si queréis ser felices

Nadie podrá cambiar la Policía Nacional en dos días, mientras se mantengan las condiciones actuales.
El tiempo es el gran juez, es el que iguala, es el que muestra y demuestra la verdad definitiva sobre cualquier suceso.
La Policía ha estado en la mira de todos, como reflejo de la sociedad, todos somos corresponsables, nos toca parte de la culpa, del fracaso, pero también debe tocarnos parte del éxito.
Es el instrumento que usa la sociedad para enfrentar el delito, desde la prevención, hasta el descubrimiento y entrega de los delincuentes a un sistema judicial cada vez más comprometido con el poder de los gobiernos.
Hay que poner las cosas en su lugar, antes de despotricar, pensar que la sociedad no evoluciona, que todo va a seguir igual por los siglos de los siglos. Y no es así.
De inicio debemos analizar la conducta colectiva, el comportamiento social, el irrespeto de hijos a padres, y viceversa, la actuación de sacerdotes, supuestos siervos del Señor, la forma de vida de muchos maestros que nunca serán buenos ejemplos, el desparpajo y chernaje con que se vive en todos los niveles, la permisividad ante delitos tan graves como el robo al erario, el tráfico de influencias, el aumento de la intolerancia, la falta de empleos, el ausentismo escolar tolerado por muchos padres, la falta de seguimiento a los alumnos que dejan de asistir a las escuelas, el lenguaje soez, insultante, denigrante, irrespetuoso, con que nos dirigimos a los demás y el usado para hablar de los demás, el ejemplo de autoridades que irrespetan todas las reglas, que venden sus votos, que negocian con sus decisiones sin que haya una sanción condigna, la provocación de mujeres cuyos encantos son resaltado y ante cualquier piropo gritan que son acosadas, el aumento del ingreso de extranjeros ilegales, el creciente tráfico de drogas y las complicidades que concita el dinero producto del vicio y el envilecimiento, actuar bajo la consigna de la línea de menor esfuerzo con la complicidad del barrio que se beneficia de las boronas que sueltan los narcos quienes son vistos como triunfadores, la permisividad ante el contrabando.
Esos no son todos los problemas el principal de ellos está en la semilla, en la simiente de cada familia y el desarrollo y crecimiento de la misma.
La Policía interviene en todos los problemas que afectan el orden público y también participa en la solución de conflictos entre parejas.
Todo ese trabajo se realiza con esfuerzos inauditos de un alto número de agentes de distintos rangos. La cicatería nacional llega tan lejos que ahora se desata la persecución de cualquier dato, de cualquier idea preconcebida para achiquitar el éxito de la Policía en el intrincado caso de Big Papi.

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