Sedante para un cáncer terminal

Sedante para un cáncer terminal

La contratación de generadores barcaza, anunciada  por  la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), para aliviar el colapso del suministro eléctrico, es una medida coyuntural que tendrá el mismo efecto que una aspirina para un cáncer terminal.

Constituye una forma de evidenciar que nuestra vocación por lo coyuntural y el inmediatismo reemplaza la planificación estratégica en todos los órdenes. Uno de los componentes de la crisis de generación es la gran deuda acumulada de casi US$800 millones con los generadores, pero vamos a destinar recursos al alquiler de generadores barcaza y otras soluciones de coyuntura.

Este tipo de solución se corresponde con el criterio que tienen las autoridades sobre el potencial del sistema eléctrico. El parámetro “capacidad instalada” tiene poca importancia si la disponibilidad en línea no alcanza una proporción adecuada que satisfaga la demanda. Con todo y una capacidad instalada aparentemente suficiente, mucha de la electricidad que se utiliza en el país es generada por los usuarios en base a medios propios de baja eficiencia, lo que incrementa el costo real de la electricidad e influye en el consumo de combustibles. Está bien que se busque alivio para la crisis de generación, pero es necesario  trabajar con la intensidad necesaria en la búsqueda de un remedio definitivo para el cáncer terminal del sistema eléctrico.

Violencia que debe ser frenada

En Neiba ha corrido la sangre después de que un haitiano mató a un dominicano para robarle su motocicleta. En represalia, dominicanos encolerizados persiguieron a cuanto haitiano encontraron a su paso, matando a dos de ellos e hiriendo otros once. Las autoridades han tenido que proteger inmigrantes del vecino país para evitar más derramamiento de sangre. Es realmente penoso que se produzcan situaciones de violencia entre dominicanos y haitianos.

Independientemente de la legalidad o ilegalidad de su estada, hay que considerar que no todos los haitianos vienen al país a delinquir y, por tanto, no deben pagar los crímenes de sus compatriotas. Tomar la justicia en sus manos es lo peor que pueden hacer los dominicanos en estos casos, y lo que deben es estimular a que actúe la Justicia. Las autoridades están en el deber de neutralizar toda posibilidad de desquite y aplicar de manera permanente las medidas migratorias que correspondan.

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