POR ODALIS MEJIA
PERAVIA.- La Subsecretaría de Suelos y Aguas planteó ayer otorgar por concurso el retiro de los sedimentos acumulados en la zona del Nizao y que están minando la capacidad de las instalaciones hidroeléctricas de Las Barías, Valdesia, Jigüey-Aguacate.
Sólo en Valdesia las autoridades estiman en cerca de 30 millones de metros cúbicos de sedimentos. Mientras que en Las Barías las aguas de riego no están llegando al canal Nizao-Najayo algunas zonas por el cúmulo de agregados, escombros y lodo.
En el mes de agosto, de acuerdo a una batimetría que hizo el Instituto de Recursos Hidráulicos (Indrhi), los sedimentos ascendían a 25 millones de metros cúbicos y a raíz de la tormenta Noel se estima que el volumen creció entre tres y cinco millones.
En la hidroeléctrica Valdesia, levantada en el año 1976, nunca se ha hecho una limpieza de sedimentos. En el informe de agosto se plantearon alternativas como abrir un túnel de desvío para descargar.
Para la ejecución de ese proyecto se requerían US$15,000,000 que serían financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo. Ese proyecto es necesario y urgente, expresó el subsecretario de Suelos y Aguas, Víctor García, al ofrecer las informaciones.
Con relación a Las Barías, García explicó que desde hace tiempo está colmatada. Recordó que el contraembalse se desvió para llevar agua a los canales Marcos A Cabral y Nizao-Najayo y en la actualidad estas funciones no se están cumpliendo a cabalidad.
Incluso a raíz de las crecidas del Nizao producto de las lluvias caídas por Noel, una de las compuertas del contraembalse Las Barías se rompió por la presión del agua y el sedimento, por lo que fue necesario colocar unas grandes estacas conocidas como tablaestacados para contener el vertido de agua.
También, luego de la tormenta en el cauce del Nizao quedó un colchón de cerca de dos metros de agregados y basura. Ahora en sus 11 kilómetros desde Las Barías hasta su desembocadura, existen varias ramificaciones, por lo que se desconoce su cauce real.
De acuerdo a García otro de los problemas del Nizao es el riesgo a torrente de un 40% por lo que cualquier agua que caiga, ocasiona erosión.
Estas situaciones convierten a este acuífero en una zona de alto riesgo a inundaciones.
Estamos obligados de manera responsable a enfrentar esa situación para disminuir los riesgos y la vulnerabilidad en los asentamientos humanos y la agricultura, por lo que en todos los ríos del país estamos obligados a iniciar el proceso de canalización, expresó García durante un recorrido por la zona de influencia del Nizao.
Allí en esa zona se han iniciado los trabajos para crear una zona de amortiguamiento dentro de la franja de 150 metros de la orilla del río, donde se ejecutarán planes de manejo para un mejor aprovechamiento.
Faltan recursos
El proceso de retiro de sedimentos en el área de Nizao y otras zonas es muy costoso porque requiere grandes maquinarias, explicó García, de ahí el planteamiento de licitar el proceso de saneamiento para otorgar por concurso a la empresa que presente la mejor oferta técnica.
El funcionario aseguró que la limpieza de la zona garantizará un mejor desempeño del contraemblase Las Barías y el flujo de agua en todo el río Nizao.
Para el saneamiento de Valdesia, dijo, la situación es más compleja, ya que esa presa tiene una orografía muy compleja y está ubicada en zonas altas.
Allí es visible la gran cantidad de escombros arrastrados por las recientes lluvias. Mientras que aún al día de ayer, la presa seguía vertiendo agua por dos de sus compuertas, producto de la gran cantidad de agua acumulada. A raíz de Noel el agua rebosó en las cinco compuertas, por lo que hubo que levantarlas, lo que a su vez produjo las inundaciones en la zona.