BAGDAD.AP. Miles de partidarios del clérigo chií antiestadounidense Muqtada al-Sadr protestaron ayer en contra de un acuerdo de seguridad entre Irak y Estados Unidos, alegando que convertirá a Irak en una mascota de Washington. 

La marcha en la ciudad de Kufa, en el sur del país, se produjo un día después de que la secretaria de Estado Condoleezza Rice se reuniera con líderes iraquíes en Bagdad para discutir el acuerdo, que incluye una retirada gradual del ejército estadounidense en Irak. 

Según un acuerdo preliminar, las fuerzas de combate abandonarían las principales ciudades iraquíes antes del próximo junio y se retirarían de Irak antes del 2011, según funcionarios iraquíes familiarizados con el documento. 

El calendario podría cambiar si ambos gobiernos están de acuerdo. El pacto aún no ha sido aprobado por el gabinete o parlamento iraquí, que tiene la decisión final.  Al-Sadr, que vive en Irán pero mantiene su poder político en Irak, se opone a la presencia militar estadounidense.

Sin embargo, él y otros críticos temen que la retirada fuerce la unión de Irak y Estados Unidos en temas de seguridad y convierta a Irak en una colonia de Washington. 

Unos 2.000 partidarios de Al-Sadr protestaron después de las oraciones del mediodía el viernes, cantando “No a América” y mostrando fotos de su líder. Los manifestantes levantaron pancartas que decían “El dudoso acuerdo significa una colonización permanente de Irak” e “Irak no es una colonia de Estados Unidos”. 

Un ayudante de al-Sard, Sheik Dia al-Shawki, dijo que el acuerdo es lo contrario de lo que quieren los habitantes de Irak.  El predicador Sayyid al-Battat criticó el pacto.

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Va contra los iraquíes

Un ayudante de al-Sard, Sheik Dia al-Shawki, dijo que el acuerdo es lo contrario de lo que quieren los habitantes de Irak.  En Ciudad Sadr, una zona chií de Bagdad donde al-Sadr tiene poder, el predicador Sayyid al-Battat criticó el pacto diciendo que “el pueblo de Irak no tiene idea sobre qué trata”.  Un punto de contención entre ambos países fue la jurisdicción de estadounidenses en Irak a medida que el ejército del país asume más responsabilidades.  El acuerdo señala que los contratistas estadounidenses estarán sujetos a la ley iraquí, contrariamente a la situación actual.