Seguidores esperan el regreso de Zelaya a Honduras con alegría y temor

Seguidores esperan el regreso de Zelaya a Honduras con alegría y temor

TEGUCIGALPA, (AFP) – El ex presidente Manuel Zelaya regresa este sábado a Honduras en medio de la alegría y esperanza de sus seguidores, pero también de temores de su familia por su seguridad, 23 meses después de que fuera derrocado en un golpe de Estado que aisló internacionalmente al país.  

Exiliado 16 meses en República Dominicana, Zelaya vuelve para conducir el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), un heterogéneo movimiento creado tras el golpe del 28 de junio de 2009, que busca convertirse en partido y amenaza con enterrar el bipartidismo que imperó en Honduras desde el siglo XX.  

 Los líderes del FNRP se han movilizado para dar una bienvenida multitudinaria a ‘Mel’, un liberal que dio un giro a la izquierda durante su gobierno, iniciado en enero de 2006, y que fue derrocado por el Ejército con el aval del Congreso y de la Corte Suprema.   «Vienen de los 18 departamentos (del país) y del departamento 19 (EEUU, donde vive una multitudinaria comunidad hondureña)», dijo el dirigente campesino Rafael Alegría.  

Pese a la algarabía por su retorno, un hermano del ex mandatario admitió que existe temor por su seguridad. «El país vive un clima de inseguridad a todo nivel y tenemos temor de que pueda pasar algo (…) el presidente Zelaya es un hombre que regresa a su patria dispuesto a arriesgarse», dijo Carlos Zelaya a la AFP.  

 Desde todas las provincias partían este viernes caravanas de vehículos con zelayistas para recibir al ex mandatario, de 58 años, quien llegará a una base militar contigua al aeropuerto de Tegucigalpa, y de allí irá a una plaza cercana para protagonizar un acto.   El presidente Porfirio Lobo gestionó este regreso, para lo cual convenció a la justicia de que cerrara los juicios contra Zelaya, porque su retorno era esencial para que Honduras sea readmitida en la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que ocurriría la próxima semana.  

El reintegro a la OEA permitirá que Honduras reciba nuevamente créditos y ayuda extranjera, algo vital para un país donde el 70% de sus casi 8 millones de habitantes están sumidos en la pobreza y sobreviven con cuatro dólares al día o menos, según cifras oficiales.   Zelaya regresa con un gran capital político para competir en las elecciones de 2013, pero para ser candidato debe lograr primero que se reforme la Constitución, que prohíbe postularse a los ex mandatarios, por lo que algunos dirigentes del FNRP han sugerido que la candidata sea su esposa, Xiomara Castro.  

Un punto del acuerdo de reconciliación que Zelaya firmó el domingo pasado con Lobo -y que abrió el camino para este regreso- alude a los procedimientos para eventuales cambios a la Constitución.   Pero no todos los hondureños recibirán con los brazos abiertos a Zelaya, pues tiene enemigos en la clase dirigente hondureña, incluso dentro del Partido Liberal (PL, derecha), la agrupación que lo llevó a la presidencia en 2006 y que quedó fracturada tras el golpe.  

 El veterano dirigente liberal y ex candidato presidencial Rafael Pineda Ponce afirmó que Zelaya «debe pedir perdón a la institución que lo hizo Presidente de la República por todos los actos deleznables que se cometieron en su gobierno».   El PL, que durante el siglo XX se disputaba el poder con el Partido Nacional de Lobo, corre el riesgo de dejar de ser una fuerza influyente, aunque Pineda Ponce augura que resurgirá como «el ave fénix». 

  Zelaya, expulsado del país el día del golpe, hizo dos intentos fallidos de regresar (uno en avión y otro por tierra desde Nicaragua), hasta que volvió subrepticiamente y se refugió el 21 de septiembre de 2009 en la embajada brasileña, donde permaneció cuatro meses hasta exiliarse en República Dominicana.

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