Abel Rodríguez del Orbe, nuevo consultor jurídico del Poder Ejecutivo, no anduvo ayer con rodeos para advertirles a los periodistas acreditados al Palacio Nacional que no ha ido a esas funciones para “dar noticias o conceder entrevistas de prensa”. ¡Yo estoy aquí para recibir órdenes!, expresó con cierto aire señorial.

Se acomodó en el viejo mueble ubicado a la derecha en la salita del despacho después del inesperado discurso, pero arremetió con nuevos bríos para dejar sentado, y definitivamente aclarado que “yo ni oigo radio, ni veo televisión ni leo periódicos”.

“Ah- aclaró a seguidas- “con la excepción del Diario Libre”. Se fue en elogios a su director Adriano Miguel Tejada y se permitió enviar saludos, por medio de la reportera de ese medio acreditada a la fuente, a “Boca de Chivo”, al “Espejo” y a “El Espía”.

“Que me disculpen los otros”, agregó queriendo evitar cualquier brote de celos entre los restantes reporteros que representan la otra cara, la competencia.

Para Rodríguez del Orbe el no leer periódicos, no escuchar radio ni ver televisión hace la vida mucho más llevadera. “Hay tantos periódicos y hay tan poca vida que si uno se pone a leerlos todos pierde la mañana”, comentó sonriente.

Incrédulos, algunos reporteros no asimilaron de qué manera un funcionario de su nivel, que virtualmente despacha a diario con el Presidente, disfruta con sentirse desinformado.

“La gente se envicia con mucha cosa, se envicia con Coca Cola, con el cigarrillo o con el café, pero también se envicia con las noticias porque dice que tiene que estar informada. Pero ¿para qué?, se preguntó despreocupado. ¿Qué tú haces con informaciones? Si voy al supermercado sin dinero, de qué me sirve estar informado?, insistió.

Usted habla de espía, le interrumpió una reportera de la televisión, pero parece que aquí, en la Consultoría Jurídica, hay espías”. Se refería al aparente “affaire” entre el Consultor Jurídico y el Director de Prensa del Palacio Nacional, Rafael Núñez, por la alegada filtración “irregular” de decretos del Poder Ejecutivo.

“De lo bueno y de lo malo que pase aquí, yo soy el único responsable”, dijo con fingida sonrisa, evitando perder la compostura jovial que se propuso desde principio del encuentro.

“Yo no puedo decir que aquí hay subalternos míos haciendo cosas malas, eso está bajo mi dirección, bajo mi responsabilidad”, agregó entonces en forma tajante.

Sobre el sonado decreto 355-08, Rodríguez del Orbe no quiso dejar dudas. “Yo lo retiré”, dijo  tajante.

La clave

Nadie enfadado

En definitiva, el decreto 355-08, contrario a lo que se cree, no ha sido fuente de conflictos. “Yo no estoy guapo con Rafaelito (Núñez). Cada quien piensa lo que quiere”, dijo. Al presidente Leonel Fernández tampoco ese asunto le ha molestado en lo más mínimo. “El Presidente nunca se molesta”. Ninguno de ustedes puede decir que lo ha visto alguna vez molesto”, dijo.