Según colegio no expulsó hijos de Quirino

Según colegio no expulsó hijos de Quirino

POR MARIEN A. CAPITÁN Y TANIA HIDALGO
El colegio Saint George negó ayer que expulsara a los hijos de Quirino Ernesto Paulino Castillo, juzgado en Estados Unidos por narcotráfico, aunque indicó que decidió “ejercer el derecho de reservarse” la readmisión de los niños para el año próximo.

El planteamiento del Saint George se hizo luego que la secretaria de Educación, Alejandrina Germán, designó una comisión para que investigue cuáles fueron las causas por las que ese colegio expulsó a los cuatro hijos del ex capitán del Ejército, Paulino Castillo.

Asimismo, el fiscal José Manuel Hernández Peguero dijo que es injusta la expulsión de los niños. “Creemos que los hijos de Quirino, solo por ser hijos de él, no merecen esa sanción anticipada”, dijo el fiscal del Distrito Nacional.

Dijo que el ministerio público especializado en  Niños, Niñas y Adolescentes y el Consejo Nacional de la Niñez (Conani) junto a la secretaría de Educación deben intervenir para investigar el caso.

La comisión de Educación que investigará el caso está integrada por Manuel Suero, director general de Instituciones Educativas Privadas, Olmedo Moreno, subdirector, y Sonia Rodríguez, encargada del área técnica del departamento.

Los tres funcionarios comenzaron las indagatorias desde ayer en la mañana en el colegio. Además entrevistarán a Diomaris Marmolejos, madre de los niños.

La secretaria Germán indicó que “es un deber de la secretaría de Educación velar por el respeto de los derechos de la niñez dominicana, independientemente de su nivel económico, raza o religión».

EL COLEGIO

En unas declaraciones escritas el Colegio Saint George planteó que “no ha expulsado a los mejores hijos del señor Quirino Ernesto Paulino Castillo.”

Aseguró que la señora Marmolejos “optó por retirarlos de nuestro centro educativo antes del cierre del período ordinario de docencia al se informada de las crecientes intranquilidades que se suscitaron en el colegio a raíz de las serias imputaciones que se hicieron” a Paulino Castillo.

Esas inquietudes, indicó la declaración, fueron “manifestadas por padres de nuestros alumnos que estaban convulsionando el colegio y nos hacían desistir de su admisión para el lectivo 2005-2006.”

Explicó que por esto la dirección del colegio “optó por ejercer el derecho que le asiste a toda institución privada, en aras del bien común y su propia supervivencia, de reservarse la admisión de los menores para el año escolar siguiente.”

“El Colegio Saint George, su comunidad docente, estudiantil y administrativa, durante los largos meses transcurridos desde diciembre del 2004 al presente, dispensaron a la madre de los menores y a sus hijos, el mas alto cuidado, respeto y trato condigno tanto en su papel educativo como por los principios cristianos y humanísticos que profesan”, señala la declaración.

Alegó además que en sus 40 años de servicios su “principal misión ha sido una formación integral fundamentada en los más tradicionales y puros valores sin discriminación alguna.”

 DETALLES DEL CASO

Los hijos de Paulino Castillo, que tienen edades que oscilan entre los tres y nueve años, fueron expulsados del colegio hace dos semanas, mediante una comunicación que le envió el centro a la señora Marmolejos, se explicó ayer.

El lunes pasado, se informó, el colegio les entregó las calificaciones a los hijos de Paulino Castillo y devolvió el pago que habían hecho por adelantado para el próximo año escolar.

Por otro lado, el Colegio Saint George le comunicó a la señora Marmolejos que le podía entregar cartas de recomendación a los niños para pudieran ser aceptados en otro centro educativo.

La entrega de las cartas, sin embargo, se hará con la condición de que los niños se abstengan de usar el apellido de su padre, quien actualmente es procesado en Nueva York por tráfico de narcóticos.

El doctor Félix Damián Olivares, abogado de la señora Marmolejos, dijo que la medida del Saint George estuvo precedida de una comunicación a mediados de abril en la que advertía que los estudiantes debían abstenerse de llevar armas al centro educativo, algo extraño tomando en cuenta la edad.

En la carta, agregó Olivares, le indicaban además que si los niños reaccionaban con violencia a las críticas de otros compañeros o si otros padres manifestaban oposición a que sus hijos estudiasen con ellos, el centro se reservaba la decisión de reinscribirlos.

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