PARÍS (EFE).- Para ser chic, lo principal es ser uno mismo e ir siempre por delante tanto en la forma de pensar como de vestir, según el modisto Jon Galliano, que presentó ayer en París su colección para Dior de alta costura para la próxima temporada de primavera-verano.

Ser chic hoy es, primero, ser uno mismo en todas las circunstancias e ir siempre por delante tanto en la forma de pensar como de vestir, subraya Galliano en una entrevista que publica el suplemento Madamme del diario Le Figaro.

Juan Carlos Antonio Galliano Guillén su nombre completo, que nació el 28 de noviembre de 1960 en Gibraltar, de padre italiano y madre española, afirma que está feliz de ser como es: Me gusto, me gusta mi universo y me gusta mi empresa.

Director artístico de la línea femenina de Dior desde noviembre de 1999, Galliano, que vivió desde los seis años en un barrio pobre del sur de Londres y que hizo sus estudios en la más famosa escuela de estilismo de la capital británica, explica que parte de su éxito se debe a que siempre creyó en si mismo.

Fui yo quien creó a este monstruo porque, al elegir venir a París, aspiraba claramente al reconocimiento internacional. No fue un azar que las puertas se me abriesen poco a poco, pues estaba convencido de que terminaría logrando mi objetivo, dice.

Atrás quedan largos años de penurias y de lucha, en los que tuvo que ser albergado por amigos para sobrevivir en la capital francesa y que él resume con una frase lapidaria: Cuando uno se ahoga hay que saber nadar.

Para Galliano, que reivindica que todo el mundo es bello y que el humor da el toque de humanidad, el otro secreto de su frenética actividad tiene su propia firma es la práctica intensiva de deporte.

Instalado en París desde 1993, ahora vive en el Marais (un barrio chic), a dos pasos del museo Picasso, y, a sus 45 años, parece no tener miedo a la vejez: Tengo muchas ganas de tener el pelo largo y blanco para parecer un viejo jefe indio.

En los tres modelos de la colección de alta costura de Galliano para Dior que reproduce Madamme de Le Figaro, predominan las líneas muy femeninas, pegadas al cuerpo y vaporosas, y el color carne, con detalles de gasa blanca o de puntillas negras.