De acuerdo con la Policía, Anderson Portorreal, el  muchacho de 19 años que murió baleado  el lunes por una patrulla  en un hospital, antes enfrentó a los agentes en el parqueo del centro, salió corriendo y cayó en la emergencia.

Según el vocero, general Nelson Rosario, el muchacho tenía en su poder un revólver  propiedad de una compañía de guardianes.

Señaló que la madre del joven, Arelis Veras, ni estaba en el lugar del hecho ni vio el tiroteo.

Dijo que hasta donde ha llegado la comisión investigadora, el joven no fue muerto ni baleado en la emergencia del hospital de Los Billeteros.

Precisó que ayer acudió a la Policía la señora Ana Núñez, quien fue la última persona que el joven atracó y que en el hecho resultó herido un oficial.

Indicó que el pasado martes, en conocimiento de la medida de coerción, testimoniaron los padres del joven y  seis personas que habían sido atracadas y heridos de bala por ese  joven.

“Eso permitió que los jueces valoraran la versión tanto de los padres como de los testigos oculares del heccho y la versión de los policías acusados”, dijo.

Historial

Rosario precisó que Anderson tenía  un amplio historial delictivo “y se ha querido vender la versión de que fue matado por la Policía”.

Indicó que las investigaciones continúan abiertas y que el Ministerio Público está profundizando las pesquisas.

El teniente Juan Alberto Yones y el sargento José Miguel Mueses Peña  se encuentran en prisión domiciliaria por la muerte del joven.

Se fuga hermano

El vocero de la Policía indicó que el día de la muerte de Anderson, a un hermanito suyo, que guardaba prisión por actos delictivos, lo llevaron al mortuorio y de ahí  se fugó.

Expresó que el martes el joven hizo tres llamadas, en las que dijo que  se vengaría de  la muerte de su hermano matando a tres policías. Indicó que la Policía investiga cómo el jovencito se fugó de los custodias.