Hoy, Segundo Sexo toma prestados los sueños hechos palabras del poeta guatemalteco Otto René Castillo, asesinado por las fuerzas antiguerrilleras del gobierno de Guatemala en 1967.

La sangre derramada por los latinoamericanos de todos los tiempos y, en especial, la de los dominicanos,  circula, reverberante aun, en los que poseen las mismas aspiraciones, en aquellos que buscan un mejor futuro, un lugar donde acunar los sueños. Sueños que nos raptan, que nos roban, que nos trastocan con acciones que solo predicen llantos, pérdidas, desesperanzas.

Las palabras de Castillo, nunca más acertadas, más coherentes y más vívidas, resuenan como tambor en las almas de los dominicanos que vemos día a día estrangular nuestra certidumbre. Los mismos dominicanos que deseamos un espacio para ser y crecer y para darles a nuestros hijos la certeza de que el ser humano no ha muerto, aunque nos lo quieran hacer creer los que demonizan la fe y los derechos de todos.

Vayan las palabras del poeta para los que nos roban, nos asaltan y nos engañan con la bandera de la legalidad. Para los enquistados en el poder como becerros a las tetas maternas, para los que requieren guardaespaldas para proteger sus jorobas morales.

Pero también, vayan las palabras del poeta para los jóvenes encandilados, los que quieren hacer valer sus sueños  legítimos, los que son capaces de iniciar con su trabajo, sus estudios y su voz sin compromisos oscuros la ardua tarea de limpiar e irrigar la tierra para comenzar una nueva siembra.

“Aquí no lloró nadie/Aquí sólo queremos ser humanos/darle paisaje al ciego/sonatas a los sordos/ corazón al malvado/esqueleto al viento/coágulos al hemofílico/y una patada     patronal/ y un recuerdo que nos llora el pecho.

Cuando eso acontece, no es llanto el que destilan las pupilas/es una simple costumbre de exprimir los puños en los ojos/y decir/Aquí no lloró nadie/aquí solo queremos ser humanos/comer, reír, enamorarse, vivir/vivir la vida y no morirla/

¡Aquí no lloró nadie!

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