Segundo sexo

Segundo sexo<BR>

Vida entre dos silencios

Silencio antes de nacer, silencio después de morir, vivir anhelante entre dos silencios».

Hilma Contreras

Otro año de feria. Existen dos experiencias maravillosas que deja la Feria del Libro: una, el reencuentro con lo conocido, con lo vivido y leído; otra, el descubrimiento de lo nuevo, de historias añejas, de versos nacidos tiempos ha, en otros corazones, que llegan latentes, por vez primera a nuestros ojos y nuestra vida como si acabaran de ser desplegados por las mentes creadoras.

Hilma Contreras forma parte de ese sentimiento que llegó a mi vida cuando ya había latido y vivido tanto en otros. Me la trajo Anna con sus clases de literatura y su análisis de “La tierra está bramando”.

Como una emulsión que baja lenta y viscosa por la garganta llenando nuestros estómagos y sentidos, se queda pegada al interior, no sé si por su obra, sus raíces, o por esa rudeza exterior que parece reclamar buscar otros caminos en las cavidades de la conciencia.

Tal vez la que brama es Hilma. Y con ella, todas las mujeres que han vivido la marginación por la carga que representa venir al mundo con un sexo mutilado, privadas del derecho a ser, a existir según su propia conciencia. Sin falsos orgullos fálicos, ni enhiestas banderas de masculinidad.

Dictaduras dentro y fuera de la casa son más que suficientes. Capaces de bordar en la piel de cualquiera el confinamiento y la soledad como perennes compañeros, que, curiosamente, resultan ser el abono exacto para la búsqueda de la realización y para desbrozar ese quejido quedo contra la existencia muda, pasiva. Esa existencia anhelante entre dos silencios.

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