Segundo sexo

Segundo sexo

Realidad educativa

“Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado”. Paulo Freire. 

A la profe María del Rosario

Algunos no saben leer; otros, escriben y no logran identificar su propia grafía. Otros preguntan el significado de palabras de uso común, y una buena parte desconoce lo más básico de los elementos que conforman la cultura dominicana.

Esa es la realidad de muchos de los bachilleres que estudian en una de las universidades del país, en donde me formo en la carrera de Educación mención Lingüística y Literatura. En ocasiones, aquello me ha parecido una pequeña babel en donde a todos, aun hablando el mismo idioma, nos resultan ininteligibles las palabras de los demás.

Las clases de Español han tenido que “bajar” a tercer o cuarto grado de primaria y explicar que antes de p y b se escribe m, o que las graves o llanas llevan el acento en la penúltima sílaba. Conjugar verbos irregulares es una utopía y hablar de obras literarias es más difícil que describir la jungla australiana para alguien que nunca ha pasado de Boca Chica.

Juan Bosch fue el primer presidente de la República Dominicana y el 25 de septiembre representa para muchos la fecha de cumpleaños de algún vecino.

Se deciden por la mención en Lingüística y Literatura personas que nunca han leído un libro (“no tengo tiempo, profe”) y pronunciar las palabras pene o vulva genera risitas a escondidas, rostros sonrojados y muchachos que le dicen a la profesora: “pregúnteme otra cosa profe”.

En el primer ciclo, la universidad recalcaba con orgullo su misión de formar hombres y mujeres en capacidad de asumir los retos de la sociedad de hoy, en la que las tecnologías llevan la vanguardia del conocimiento, así como las responsabilidades a cumplir, emanadas del MESCyT; pero esto, como decía Calderón de la Barca, solo es sueño. Un director de la carrera de Derecho que dice ufano que la sentencia del Tribunal Constitucional es la respuesta de los dominicanos a la veda de los pollos.

El escepticismo se apodera de mí, mientras, Amarante Baret habla orgulloso del compromiso del presidente Medina con la educación. Claro, es que solo en los medios de comunicación pasa los exámenes con A.

 

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