Segundo sexo

<P>Segundo sexo</P>

Hoy la plancha “Generación Social” presentará su plan de trabajo para dirigir la Asociación Dominicana de Cronistas Sociales (ADCS) en los próximos dos años. De ganar, como así será, pondrá en práctica estrategias y tácticas para redefinir nuestro rol social e interno.

Aunque estoy segura que hará un excelente trabajo, debido a que los proyectos y planes que encabeza Wanda Sánchez están muy bien sustentados y definidos, y con equipos en capacidad de llevarlos a cabo, no tengo duda de que, en caso de ganar Judith Ravelo, pueda hacer lo mismo.

Pero mi interés no gira en torno a las expectativas electorales. Está, más bien, cimentado en la sororidad y el respeto personal e institucional que nos debemos, como única garantía de permanencia de la entidad periodística.

Las mujeres, como sujetos sociales en una cultura de dominación, urgimos de una reafirmación de nuestra intelectualidad, de nuestra praxis efectiva y eficaz y una transformación real de la forma de relacionarnos.

Las pasiones desbordadas que motivan bajezas y zancadillas no deben ser más modus operandi del quehacer femenino. Debemos descubrir nuevas formas de apropiación, “nuevos vínculos, afectos, lenguajes y normas” para hacer del oficio periodístico y gremial un nuevo aprendizaje.

Los grupúsculos enquistados dentro de la ADCS que replican cada dos años los errores aprehendidos de los gobiernos, no deben ser más. Tanta sangre nueva que hoy reverbera entre las cronistas sociales debe servir  para la creación de una nueva cultura de trabajo que se mueva desde la intimidad de la Asociación hasta el quehacer público en el que participamos.

La entidad está obligada, si quiere subsistir, a ganar espacios de la vida social, a arrancar voluntades dormidas y ponerlas al servicio del gremio; a trabajar por cambiar la realidad de sus miembros; a no vivir mirándonos en el espejo de la clase social a la que servimos, sino a vernos en nuestro contexto social.

Necesitamos aprender a dirimir nuestras disparidades y asumir las fortalezas que la diversidad nos ofrece. Aprender que la democracia puede ser también un ejercicio al que debemos abonarnos.

Debemos creer que la vida gremial es una forma de organización en la que podemos fortalecer nuestra condición de mujer.

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