Segundo sexo
¿Masculinidad en crisis? Feminidad en crisis

<STRONG>Segundo sexo</STRONG><BR>¿Masculinidad en crisis? Feminidad en crisis

“La masculinidad y la feminidad son el producto de determinaciones socioculturales e históricas en transformación constante”.

La dialéctica social encuentra a los hombres inmersos en una crisis de identidad en lo relativo a valores, poder y autoestima frente a la micro sociedad, que es la familia, y la macro sociedad, que es su entorno en general.

La vida privada, a la que está supeditada la familia y, de manera particular, el lugar al que los roles tradicionales han confinado a la mujer, desborda sus espacios y hace intrusión en la vida pública, a partir de los años 80, cuando las mujeres empezaron a trabajar en las fábricas.

Este fenómeno de características sociales y económicas trastocó el tinglado político-cultural que cimentaba la “antigua” masculinidad, cuyos roles de provisión, de dirección y conducción, se fueron diluyendo, dando paso -a contracorriente- a que los sentimientos, pensamientos y percepciones de la “realidad” femenina se desbordaran más allá de las cuatro paredes de la casa.

Lo privado permeó lo público. Aun cuando los estamentos de base patriarcal siguen otorgando supremacía y control a los hombres sobre el resto de la familia, y de manera particular, sobre las mujeres, el resquebrajamiento de la masculinidad ha dado paso a un hombre que se violenta y violenta a  su gente y su entorno cuando no puede encontrar otras maneras de asumir lo que sería el nuevo mapa de la masculinidad.

Susi Pola, en el capítulo “El sistema de derecho dominicano y la violencia de pareja”, del libro “Miradas desencadenantes”, cita a Gelles y Straus cuando identifica los factores que incrementan el riesgo potencial de agresión dentro de la familia, entre los que se encuentran: las diferencias de edad y sexo; las diferencias de intereses; la intensidad de los vínculos personales; el derecho de influir en valores, comportamientos y actitudes de los miembros de la familia y el carácter cultural privado del medio familiar, entre otros.

La crisis de la masculinidad es una crisis de la feminidad. Los hombres ya no se sienten necesitados por las mujeres, y las mujeres no están satisfechas con mantenerse relegadas, sin opción a voz y voto y sin el disfrute de lo que por derecho les corresponde. Andar lo desandado no es el camino. Compartir el poder parece ser la vía.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas