Unir las palabras seguridad ciudadana con derechos humanos parece imposible para quienes no creen en un país democrático y de derechos. Gobierno tras gobierno, todos han implementado operativos de patrullajes militares-policiales donde prevalece el uso de la fuerza, las detenciones arbitrarias y las ejecuciones extrajudiciales.
La prevención es la mejor manera de combatir la delincuencia y la inteligencia policial-militar es el antídoto para contrarrestar el crimen organizado. Es posible un plan de seguridad ciudadana con enfoque en derechos humanos y género como política criminal pare prevenir la delincuencia y combatir el crimen organizado.
Le podría interesar leer: Soto Jiménez: Es necesaria una ley de seguridad y defensa en donde se repartan roles policiales y militares
¿Cuáles serían algunas de las medidas para ese plan de seguridad ciudadana con enfoque en derechos humanos y género que combata la delincuencia?
- Mejorar la calidad de los servicios públicos en los sectores vulnerabilizados.
- Realizar intervención social en los barrios con personal especializado en los campos del trabajo social, sociología, psicología social y otras profesiones afines.
- Crear o reacondicionar áreas deportivas, culturales y artísticas en los sectores vulnerabilizados.
- Implementar un programa especializado para el empleo y capacitación dirigido a adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley.
- Promover la cultura de paz, el principio de no discriminación y la igualdad de género en los barrios.
- Realizar investigaciones con enfoque de género y derechos humanos para diagnosticar las causas y soluciones colectivas a la delincuencia y el microtráfico.
- Iluminar y colocar cámaras de seguridad en lugares estratégicos.
Estas y otras medidas pueden reducir significativamente la delincuencia común que es producto de las desigualdades sociales y falta de oportunidades laborales y educativas.
¿Cuáles serían algunas de las medidas para combatir el crimen organizado?
- Depurar y destituir a policías y militares ligados al crimen organizado.
- Utilizar la inteligencia policial y militar especializada para detectar donde están ubicadas las personas en conflicto con la ley para procesarles ante el sistema de justicia penal.
- Perseguir de manera eficaz el trafico ilícito de armas en la frontera, puertos y aeropuertos.
- Analizar las estadísticas criminales y de violencia para crear una estrategia y tácticas en base a datos por provincias.
- Crear y readecuar centros penitenciarios de alta seguridad para apresar a quienes realizan graves crímenes y delitos.
Las medidas antes descritas son enunciativas, no limitativas. Combatir la delincuencia común y el crimen organizado no es una tarea fácil, lleva tiempo y, sobre todo, mucha planificación. Es una tarea que debe estar acompañada de líderes comunitarios y todos los actores políticos, empresariales y sociales.
La militarización y la represión policial no es la mejor salida para acabar la delincuencia común y el crimen organizado. Los operativos policiales-militares no han resultado satisfactorios para disminuir la delincuencia y el crimen organizado. Es hora de cambiar el enfoque, no de continuar lo que otros gobiernos han hecho.
Un plan de seguridad ciudadana, cuyo enfoque sea los derechos humanos y la perspectiva de género, con medidas como las antes descritas es posible con la unión del sector privado y el Estado, partidos políticos, academias, sociedad civil y toda persona que anhele un país seguro. ¿Cuándo comenzamos?