Seguridad infantil en el automóvil

Seguridad infantil en el automóvil

Los niños que no utilizan cinturones de seguridad o sillas de transporte presentan mayor probabilidad de padecer graves lesiones y de ser expulsados del habitáculo del automóvil en caso de colisión.

Las lesiones craneoencefálicas son las más frecuentes en los niños no sujetos, razón que se sustenta en su propia anatomía. La utilización correcta de estos sistemas reduce en un 70 por ciento el riesgo de muertes en lactantes y en un 54 por ciento entre niños de 1 a 4 años.

En contrapartida, las lesiones que sufren los niños sujetados adecuadamente se circunscriben a lesiones menores, abrasiones, laceraciones y contusiones exceptuando si existe intrusión de elementos, impactos con objetos que se desplazan dentro del mismo habitáculo y lesiones por air bag.

[b]DIFERENCIAS ANATOMICAS[/b]

Los niños presentan durante su crecimiento y desarrollo cambios muy rápidos de peso, talla y proporciones del cuerpo. Los bebés y los niños tienen medidas antropométricas muy diferentes al promedio de los adultos para los que se diseñan sistemas de seguridad.

Los lactantes tienen la cabeza desproporcionadamente grande y su centro de gravedad está muy alto y por arriba de su ombligo; su cuello es mas corto y el sostén cefálico es relativamente deficiente por tener estructuras cervicales débiles y una cintura escapular poco desarrollada.

Los órganos intraabdominales (hígado, bazo y riñones) están menos protegidos y más expuestos que los adultos, y la pelvis ósea cubre menos la vejiga, estando los órganos más vulnerables frente a una colisión.

Las cresta ilíacas anteriores no están adecuadamente desarrolladas, por lo que los puntos de anclajes del cinturón de seguridad del adulto son deficientes. Por ello, la hebilla del cinturón falda-hombro se puede situar en una posición alta contra el abdomen del niño y deslizarse hacia arriba en una colisión, sumergiéndose debajo del cinturón.

Cuando esto ocurre pueden suceder dos cosas: que el niño se flexione sobre el cinturón en una colisión o, que la pelvis se sumerja debajo del cinturón (submarinización), pudiendo generarse una fractura raquídea por hiperflexión de la columna sobre el cinturón con lesión compresiva de los órganos intraabdominales.

En los niños la banda del cinturón que corresponde al hombro no se apoya en éste sino frecuentemente sobre su cuello o bajo el brazo, alterando el sistema de sujeción.

El tronco, la pelvis y extremidades tienen sus propios puntos de restricción al movimiento. Dado el gran peso y volumen de la cabeza (mayor cuanto menor es la edad), el niño debe ser sentado mirando hacia atrás hasta los 10 Kg. de peso para que se evite la hiperflexión cervical en caso de choque frontal.

[b]ASIENTOS PARA NIÑOS[/b]

Las sillas para transportar niños aparecen en el mercado a partir del año 1950, como un dispositivo accesorio relacionado con el confort, permitiéndole a los más pequeños ver hacia fuera de las ventanillas.

A partir del año 80, las butacas infantiles comienzan a fabricarse pensando en que podían prevenir lesiones frente a una colisión. Estos sistemas de seguridad y protección fueron desarrollados interpretando la anatomía del niño, su crecimiento y las características propias del comportamiento infantil. En tal sentido, en el estándar de las mismas se reconoce el resultado de una minuciosa investigación a través de los ensayos, que se realizan en los tests de impactos con simuladores.

Actualmente son simples y utilizadas correctamente, proporcionan gran inmovilización y sujeción, siendo un método confiable en términos de seguridad pasiva.

[b]Los tipos más comunes son:[/b]

– Asiento de auto para lactantes. Están diseñados para sujeción de recién nacidos hasta menores de 1 año (8.5 – 11 Kg. de peso.) El lactante es fijado al asiento mediante un arnés y el sistema se fija al asiento del vehículo. La cabeza debe estar fija, no sólo en sentido anteroposterior que evita la flexoextención sino que se deberá además, en los más pequeños acojinarse lateralmente.

La silla deberá ser orientada hacia atrás, para proteger la columna vertebral en una colisión frontal. Ante la desaceleración, el cuerpo del pequeño apoya en forma total sobre un plano amplio y uniforme, constituido por el propio respaldo del asiento.

– Asiento convertible. Para niños de 1 y 2 años con más de 10 kg. de peso y hasta 20 kg.. El asiento se ubica y fija, mirando hacia delante. Diversos tipos de arnés son empleados para asegurar al niño en el asiento y puede utilizarse un broche para que las correas del hombro no se desplacen.

– Asiento suplementario. Se utiliza para niños con más de 20 Kg. de peso que no se adaptan a los asientos convertibles. Corrigen la incompatibilidad de ajuste entre el niño y el cinturón para adultos. Reducen la posibilidad de la lesión abdominal vertebral causada por el ascenso del cinturón hasta el abdomen y la hiperflexión del niño sobre el cinturón.

– Cinturón falda-hombro para adultos. Después de los 8 años y con un peso mayor a 30 Kg. el niño puede utilizarlo si se adapta sin dificultad.

[b]RECOMENDACIONES[/b]

Existen varias recomendaciones importantes que deben considerarse con respecto a la protección de los niños:

Siempre que viajen en automóvil deben ir con protecciones adecuadas, de acuerdo a su peso y su estatura.

Los niños no deben viajar en el asiento delantero. Los niños que van en el asiento delantero tienen más probabilidades de resultar heridos o muertos que los que van en el asiento trasero. Si el vehículo tiene el sistema airbag para el acompañante, la bolsa de aire se infla con fuerza pudiendo producirle heridas de gravedad e incluso la muerte en caso de impacto. Por otro lado, si el niño va mirando hacia atrás, la situación no es mejor, pues el airbag puede impulsarlo contra el respaldo del asiento, causándole un impacto de extrema violencia.

Se debe sujetar correctamente la silla al asiento trasero del automóvil, convirtiéndose a este dispositivo en una sola unidad para que ante un impacto no resulte eyectada. Los test de impactos han determinado que la posición de mayor protección para trasportar menores de un año es en sentido opuesto a la marcha del vehículo. La ubicación ideal de los niños más robustos es en el centro del asiento trasero y mirando hacia delante.

Los niños nunca pueden ir sobre las rodillas del conductor o de otro pasajero, tampoco deben compartir un mismo cinturón de seguridad con otra persona.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas