Seguridad muy precaria

Seguridad muy precaria

Los ciudadanos de este  país están bajo un estado de inseguridad que se manifiesta diariamente por medio de modalidades diversas, todas inscritas en los  géneros de la violencia y la delincuencia. El atraco de que fue objeto el periodista Manuel Quiroz, director del matutino El Caribe y vicepresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, es una de esas manifestaciones repudiables.

También lo son el atraco contra la joven Katherine Lissette Cuevas, empleada del matutino El Día, el despojo de un automóvil de que fue objeto el haitiano Edward Isemond por parte del capitán de  fragata Ricardo Rafael Guzmán Pérez y su esposa Scarlett Aristy Rosa de Guzmán, quienes luego fueron sorprendidos negociando ocho kilos de cocaína.

Hay que observar que el caso del capitán de fragata viene a fortalecer las denuncias del senador por Peravia, sobre vínculos de autoridades con el negocio de las drogas. Hay que inscribir en el estado de inseguridad ciudadana el asesinato del coronel retirado de la Policía Luis Familia Aquino por individuos que se llevaron su pistola. En el mismo casillero caben la ejecución de siete personas en Paya, Baní, y otros actos criminosos que no vamos a enumerar. Es evidente que los instrumentos de garantía de la seguridad ciudadana no están operando de manera eficiente y que su capacidad ha sido desbordada por la delincuencia. ¿Qué vamos a hacer?

Medio ambiente y construcción
Un informe estadístico hecho por la subsecretaría de Suelos y Aguas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales llega a la conclusión de que aproximadamente un 50% de los agregados para construcción son extraídos de manera irregular, con perjuicio para el fisco, bajo un régimen de posible competencia desleal y, desde luego, con probables daños para el medio ambiente. La situación es preocupante, si se toma en cuenta que echa por la borda regulaciones  de esa misma Secretaría sobre la extracción de agregados.

Bajo estas circunstancias, es necesario que Medio Ambiente retome con vigor su plan dirigido a ordenar la extracción de materiales para evitar daños en las cuencas hidrográficas. Si cerca de un 50% de los agregados de la construcción tiene origen irregular o no autorizado, no hay que dudar que se esté provocando daños considerables al ambiente. Hay que reforzar todas las regulaciones sobre estas prácticas.

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