Seguridad nacional

Seguridad nacional

Barack Obama,  Presidente de los Estados Unidos, ha reaccionado indignado por las deficiencias de los sistemas de seguridad nacional de su país. Y al asumir la responsabilidad por esas fallas, ha dejado claro su propósito de no tolerarlas más. La impenetrable CIA permeada por un doble agente y la penetración de intrusos a una cena en la Casa Blanca, entre otras cosas, justifican su alarma.

Guardando las diferencias, aquí la situación es bastante parecida. Organismos de seguridad del Estado infiltrados por el narcotráfico, asesinatos y ejecuciones al estilo de la mafia que no discriminan rangos, lavado de dinero mal habido  y una madeja interminable de vínculos insospechados con el negocio de las drogas, nos colocan en una posición bastante preocupante en términos de seguridad pública.

En el propio Gobierno hay funcionarios que tienen la certeza de que ciertos prófugos de la Justicia estarían siendo protegidos por “gente grande” y eso impide su captura. Se deduce que esas mismas complicidades impiden que algunas investigaciones lleguen a donde tienen que llegar. Sumemos a esto la facilidad conque ingresa a través de la frontera desde indocumentados hasta drogas, y veremos que aquí también hace falta dar un puñetazo en la mesa y emprender una profunda limpieza.

¿Por qué tan complicado?

El procedimiento de cálculo de los precios de los combustibles debería ser más comprensible para la gente. La fórmula en cuestión parece ser bien complicada. Aunque estos precios están atados a coyunturas de mercado que no siempre dependen del precio del petróleo, no se ha logrado que la gente lo entienda así. Mucha gente no entiende cómo  y por qué fluctúan los precios de los destilados del petróleo.

 Para la mayoría de la gente no está claro por qué son tan elevados los impuestos que se pagan en la República Dominicana por los derivados del petróleo. Desde tiempos de Joaquín Balaguer, cuando nació el “diferencial del petróleo”, el cálculo de los precios de los destilados sigue siendo un misterio. La firma del más  reciente acuerdo con el FMI tiene entre sus pautas una modificación de la Ley de Hidrocarburos. Se espera que los cambios incluyan un procedimiento menos intrincado para el cálculo de los precios de los combustibles.

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