Seguridad social desde que nacemos hasta el último día de vida

Seguridad social desde que nacemos hasta el último día de vida

Doña Ramona es una señora que fue maestra desde los 18 años, luego fue de las primeras técnicos que se especializaron fuera del país en asuntos de la Seguridad Social, pero cuando entró en vigor la Ley 87-01, no tenía la edad establecida para entrar al sistema, y pese a que trabajó carca de 40 años en la administración pública, quedó fuera de la “Seguridad Social” porque tenía más de 60 años.
Ahora ella está mayor, muy enferma y con lo poco que recibe de la proporción que le tocó de la pensión que le correspondía por ser servidora pública por más de 40 años, sencillamente debe costearse todos los servicios de salud, sin embargo, el monto que recibe apenas le alcanza para los medicamentos. Este caso no es el único, como el de ella hay miles pese a lo estipulado en los preámbulos de la Ley 87-01 que regula el Sistema de la Seguridad Social.
Ninguna ley es perfecta, pero son más imperfectas si no se hace nada por aplicarla o porque el legislador no tuvo la visión suficiente para ver qué iba a pasar con esa ley de la que esperábamos fuera la panacea para resolver la injusticia en el sistema de salud y previsión social del país.
Esta ley debió comenzar a aplicarse a partir de uno de sus propósitos: el Seguro Familiar de Salud, que es lo que le daría el verdadero sentido social por el efecto en los ciudadanos en materia de prevención y promoción de la salud.
La finalidad del (SFS) es la protección integral de la salud física y mental del afiliado, de su familia y alcanzar cobertura universal sin exclusiones de ningún tipo, garantizando el acceso regular de los grupos vulnerables.
“El Seguro Familiar de Salud comprende la promoción de la salud, la prevención y el tratamiento de las enfermedades, la rehabilitación del enfermo, el embarazo, el parto y las consecuencias”, así está establecido en la Ley, pero esta parte no se aplica, si así fuera no tuviéramos el llanto y las quejas de la población que debiera estar cubierta por el sistema.
Aunque la ley prevé el funcionamiento de las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), estas no cumplen con lo estipulado en la misma como es “asumir el riesgo de garantizar a los beneficiarios una protección de calidad, oportuna y satisfactoria”.
Muchas veces, las ARS actúan por reacción cuando alguien se atreve a denunciar, a través de las redes sociales, casos como el de un joven que tenia 15 años laborando en una prestigiosa empresa del país y en el hospital descubrieron que tenía un tumor en el cerebro y había que operarlo de urgencia. La ARS a la que estaba afiliado ordenósuspender todo el proceso porque debía investigar si era preexistente el tumor. Eso es una violación al derecho humano a la salud y a la propia Ley 87-01.
La ley debe ser modificada y eliminar de ella todas las distorsiones que hemos descubierto en su aplicación y proveerla de un preámbulo en el que quede claro que la seguridad social debe acompañar a cada dominicano desde la cuna hasta la tumba, no dejar a las personas de mas de 60 años fuera del sistema, justo en la edad en la que más se necesita de un buen seguro médico y una pensión digna.
El Seguro Familiar de Salud, de aplicarse, “hasta nos curaríamos en salud” porque la prevención sale menos costosa que la enfermedad y esta parte de ley implica una amplia educación a los ciudadanos para evitar que se enfermen.

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