¡Seguridad! Una prioridad para el éxito
del basket superior del DN

¡Seguridad! Una prioridad para el éxito <BR>del basket superior del DN

POR ANTONIO VALDEZ
¿Volverá a lucir inmenso el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto como en años anteriores? ¿Recuperará el prestigio perdido y los años de gloria. El sitial y gusto en la fanaticada?

¿Sentirá el público seguridad para asistir a la Media Naranja? ¿Se comportarán los jugadores como profesionales que son para deleite de los niños?

Estas y otras interrogantes tendrán respuestas desde este viernes 15 del corriente mes, con la inauguración del XXXI Torneo de Baloncesto Superior Masculino, cuyo evento será el termómetro y última prueba para medir la capacidad de sus entes involucrados.

Directivos, jugadores, técnicos, cronistas, árbitros y fanáticos, tendrán su última prueba con la esperanza de salir airosos, tras las debacles de 2003, 2000 y 1999, en los cuales, estuvo en juego la seguridad del más apasionados de los mortales por este pasatiempo.

El otrora campeonato distrital sirvió de ejemplo de organización a otros de su misma especie que hoy disfrutan de la confianza de simpatizantes y empresarios, quienes apoyan si reservas cada actividad de esta disciplina en sus respectivos pueblos.

El Palacio de los Deportes, en el pasado reciente, ofrecía una espeluznante oscuridad, aprovechada a la perfección por malandrines para cometer fechorías contra indefensos fanáticos a la salida de la instalación techada, ocultos en las malezas a la espera de sus presas. Esta situación ha provocado decenas de lesionados y heridos, cuyos casos quedan en el más estricto silencio por temor a represalias.

A pesar de contar con un sistema de aclimatación (aire acondicionado), el mismo no ha sido lo suficientemente atractivo para escapar del sofocante calor que impera en las calles de Santo Domingo, desde 1998, debido a la poca calidad que poseen los equipos participantes.

En tiempos recientes, era común observar a miembros de la seguridad interna y agentes del orden público, maltratar físicamente a parroquianos por el envío –por parte de éstos- de objetos a la cancha, tras la decisión –favorable o desfavorable- de un árbitro en cuestión.

Es más, los hombres que más han incentivado a seguidores de los clubes realizar airadas protestas, han sido los propios dirigentes (tanto de los equipos como los gerenciales), al extremo que estos aprovechan su condición de miembros prominentes de esos clubes para protestar a los jueces al salir éstos últimos a los camerinos.

No vasta con poseer la voluntad de ‘hacer un buen torneo’ y sentirse en ‘franca camaradería’ cuando los clubistas presentan los equipos y en el terreno de juego todo cambia por un simple trofeo en juego. Hay que mantener la cordura y desprenderse del fanatismo para poder preservar un campeonato que entrará a la ‘tercera edad’.

Los jugadores –al parecer no observan los benditos juegos de la NBA- donde la profesionalización está primero y ‘ganarse los dólares’ por encima de cualquier cosa, a pesar de ser un deporte de contacto físico permanente, donde el instinto animal está presente en el ser humano, aunque sea por segundos.

El comportamiento de éstos deja mucho que desear. No es posible que un compañero de equipo rival caiga al suelo y usted prefiera verlo morir a realizar un esfuerzo por ayudarle a seguir en el juego.

Este será un ensayo donde estará en juego el futuro inmediato de este deporte, donde los patrocinadores evaluarán su impacto en la sociedad, y quizás, del cual dependerán los próximos torneos internacionales a celebrarse en República Dominicana.

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