Seguridad y logística

Seguridad y logística

Aunque el auge de la criminalidad se ha puesto de manifiesto en todas partes del país, en Santiago cierto sector del mal ha evidenciado predilección por los taxistas. Tal ha sido el asedio contra estos hombres del volante, que muchos, por no decir todos, han decidido dejar de trabajar por las noches, privándose ellos mismos de ingresos que necesitan y privando, al mismo tiempo, a los ciudadanos de un servicio muy apreciado.

Es una situación de larga data y es alto el número de conductores de taxis asesinados por maleantes que los asaltan y despojan de sus vehículos y el dinero que han ganado con notable esfuerzo.

Es evidente que se requiere algo más que lamentar estas ocurrencias, y procurar, en cambio, desarticular las redes que están dedicadas al exterminio de taxistas.

Suponemos que ha faltado labor de inteligencia, personal encubierto en el ámbito de los taxistas y otras acciones para lograr capturar a los autores de estos actos criminosos.

-II-

En otro orden, el caso de las muertes de reclusos en Higüey y la premura en el enterramiento de sus cadáveres mueve a sugerir que las autoridades hagan los esfuerzos necesarios para dar un mejor soporte a la labor forense.

La falta de medios adecuados para la conservación de cadáveres durante el tiempo que sea necesario para un experticio concluyente, ha obligado a sepultar cuerpos sin la debida identificación.

Algo similar ocurrió en Jimaní, cuando la tragedia se abatió sobre los habitantes del barrio Las Cuarenta. La falta de una adecuada logística forense y obre todo medios de conservación de cadáveres o morgues para trabajo de campo obligó a sepultar mucha gente sin identificación previa.

Se requiere, tanto en el caso del asedio a los taxistas de Santiago como en el de la falta de una mejor logística forense, que las autoridades competentes hagan las gestiones necesarias para mejorar el desempeño de quienes tienen a su cargo las tareas en ambos escenarios en que están en juego vidas humanas.

Transparencia

La Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) y la Secretaría de la Juventud deben ponerse de acuerdo para transparentar un asunto que afecta a un número considerable de estudiantes.

Declaraciones de ambos sectores dan a entender que no están claras las cosas en relación con el pago de subvenciones a estudiantes por parte de la cartera.

La FED alega que Juventud adeuda unos RD$10 millones en subvenciones de estudiantes, y la cartera oficial sostiene que no es tal suma y que la falta de pago se debe a que la federación no le ha sometido una lista de las asociaciones estudiantiles realmente reconocidas.

Da la impresión de que las partes no han transparentado sus documentos, en medio de una revisión que procuraría evitar que los dineros que deben ser pagados a los estudiantes vayan a parar a otras manos.

Sea como fuere, sean cinco mil como dice la FED, o mucho menos, como afirma la Secretaría de la Juventud, lo cierto es que muchos estudiantes están siendo perjudicados por lo que sea que les está privando de recibir sus subvenciones. Esta situación es indeseable, sobre todo en tiempos en que se habla de establecer una tarjeta de crédito estudiantil. Hay que conciliar las cuentas.

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