SEGURIDADCIUDADANA
Recomendaciones  para “Vivir Tranquilo”

SEGURIDADCIUDADANA<BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2013/06/504A54A7-1DC3-4CD8-9FBA-706D3155A778.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=342 data-eio-rheight=390><noscript><img
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Técnicamente la  seguridad ciudadana descansa en la Policía Nacional, Interior y Policía y la Procuraduría General de la República.  Tienen  la misión  de manejar  la  disuasión, persecución y administración de justicia, en cuanto a la actividad delincuencial. Deberían ser los exclusivos garantes de la tranquilidad ciudadana, pero por su deficiencia, ahora se requiere redefinir sus roles y el concurso de   otras instancias estatales para afrontar de una forma u otra  el penoso panorama  que cotidianamente  enfrentamos  los dominicanos.

Prevención,  disuasión  y  persecución. Estos son los factores predominantes que se deben  considerar en cualquier programa de seguridad ciudadana. Por inobservancia de conocimientos, en nuestro país se han estado utilizando de manera inadecuada confundiendo los límites y campo de cada uno en particular.

Prevención son aquellas iniciativas que  evitan de raíz  los actos delincuenciales, que  por ser  su promotor  los “delincuentes”, entonces concluimos diciendo que  centra su trabajo en impedir el surgimiento de las condiciones  que convierten a  ciudadanos a  esa denominada “disfuncionalidad”. En ese sentido  podemos decir que una acertada actividad  “preventiva”  es la  iniciativa del  Gobierno  en cuanto a la inversión  para el reforzamiento de la  educación. Otras, como la generación de fuentes de trabajo, consolidación de los núcleos familiares y  estímulos a la pequeña y mediana empresa, también caerían en ese rango.  De la misma manera que algunos artículos del  código penal vigente son aliados de los delincuentes, su modificación ajustándolo  a nuestra realidad, sería también otra forma de prevención.

Se  ha estado confundiendo lo que es la “persecución y disuasión” con la prevención. Un patrullaje policial  puro y simple, no necesariamente es una forma de prevención sino de “disuasión”, ya que  no procura (ni logra)  evitar la existencia del delincuente sino crearle limitaciones para que no desarrolle sus actividades. Lo mismo se podría decir de los famosos y desacreditados  “operativos relámpago”, en los que se pretende encontrar personas con indicios para la actividad delictiva (armas ilegales, personas con antecedentes,  drogas, etc.). En cambio como una forma de prevención sí podría  catalogarse el uso  restringido e inteligente de la fuerza ante escenarios que impliquen confrontación con la ciudadanía (piquetes, marchas, huelgas, protestas, etc.), al evitar  heridos o muertes lamentables. ¿Por qué los operativos masificados con militares  como el de ahora (denominados “patrullajes preventivos”)  terminan siendo transitorio control de la inseguridad?, sencillamente porque cuando la zona “se calienta” los delincuentes se repliegan  y/o trasladan su accionar hacia otras áreas que les ofrezcan mejores condiciones, hasta que el operativo, transcurrido un tiempo, se vaya desgastando.

La Policia Nacional no puede ni debe cargar sola con la “prevención, disuasión y persecución”  de la actividad  criminal.

Recomendaciones.  Aplicables a las principales instancias que intervienen en el Plan de Seguridad Ciudadana para reforzar y hacer realidad los resultados demandados por  la población que, como señala el arzobispo auxiliar de Santiago Valentín Reynoso, manifiesta su “preocupación ante la infuncionalidad del Plan de Seguridad Ciudadana para enfrentar la ola de criminalidad que vive el país”.

1- La denominada “Reforma Policial”  tiene    un alto grado de responsabilidad en la implementación del programa de Seguridad Ciudadana por ser uno de sus ejes centrales y garante de efectividad.

2-Es  impostergable  desmontar el esquema de jerarquización y centralización que mantiene la Policía Nacional haciéndola más dependiente de políticas y programas de trabajo emanados del Poder Ejecutivo.

3-La calidad de vida de miseria del  policía y la carencia de equipos en la institución, son las partes vulnerables  que llevan a las complicidades delincuenciales en que se ven  envueltos, ya que el estado de necesidad doblega con facilidad al ser humano. Debe haber un plan de vivienda, salud y estudio que vaya funcionando paralelamente a un  aumento de sueldo, conformando un paquete de incentivos que influirán de manera notoria en el estatus del policía.

4- Es impostergable revertir el actual proceso de entrenamiento que se aplica a los aspirantes a policías, disponiendo que el ciclo de capacitación destine un 70% a formación educativa, tecnológica y comunitaria.

5-Con la finalidad de instituir una formación continuada que incluya el área vocacional, tecnológica, universitaria y comunitaria, se debe crear la  “Academia de Formación Sostenida”. La educación del policía en este centro tendrá un carácter de continuidad y obligatoriedad  para todos los miembros, garantizando su superación y adecuación  a los nuevos tiempos y sobre todo a la nueva normativa   de trabajo de la institución.

6- Se debe transformar la mecánica de trabajo de las dotaciones policiales que actualmente están orientadas  más al área de persecución e investigación.

7- Aplicar  un programa masivo que incluya todos los miembros de la institución en el que se les reubique en función de su zona de procedencia o donde se encuentre su núcleo familiar principal. Esta medida de carácter administrativo, que se realizaría progresivamente,  por sí sola será motivo de amplia simpatía.

 8-Se hace necesario diseñar e implementar un nuevo sistema de patrullajes y operativos en calles y establecimientos de diversión integrado por un personal mixto de varias instituciones relacionadas con la materia, especializado y entrenado para esos fines. 

9-En  la propuesta de reforma se establece la categoría de “Comisiones Independientes”, para atender los  aspectos que tradicionalmente están en el ámbito de Asuntos Internos y que por su inoperancia ameritó una especial atención en el proyecto de reforma.  Creemos más atinado  sacar asuntos internos de la institución estructurándola como una entidad conformada de manera colegiada por profesionales de la Policía y  campos especializados.

Autoridad Metropolitana de Transporte.  1- Esta entidad esta encauzando un interesante programa para el control y registro de los motoristas    y especialmente  los “motoconchistas”, que entendemos debe orientarse y manejarse directamente con sus sindicatos.

2- El grueso de la actividad delictiva se realiza en motores preparados especialmente por lo delincuentes para esos fines. Aunque en ocasiones  utilizan el andamiaje que usan los motoconchistas (motores, chalecos e insignias) para desarrollar estas actividades,  la mayoría se realiza desde unidades sin identificación alguna.

Dirección Nacional de Control de Drogas. 1-Tengo el parecer de que esta entidad no debe participar en los programas de prevención o disuasión relacionados con el Programa de Seguridad Ciudadana, considerando que el esquema de funcionamiento de este organismo está orientado para operativos de persecución y desmantelamiento.

2- Los necesarios programas preventivos que en términos educativos está actualmente desarrollando esta entidad deben transferirse bajo el dominio de la “Unidad Antinarcóticos” de la Policía Nacional.

Plan de Seguridad Ciudadana “Vivir Tranquilo”.  1- El Poder Ejecutivo, previendo inteligentemente la posibilidad de  fracaso de este plan,  ha creado un conjunto de entidades para fiscalizar su cumplimiento, integrado por un Observatorio,  un Consejo de Seguridad y una Unidad Técnica Operativa; iniciativas que nos parecen muy prudentes.

2-Por lo complejo, prioritario y trascendente de este plan se hace necesario crear un mecanismo que  unifique, centralice y garantice su implementación. Uno de los renglones en que entiendo muestra cierto nivel de  debilidad es justamente estar sujeto a las ejecutorias particulares de varias  instituciones.

La  situación de inseguridad prevaleciente constituye un peligroso  panorama con tinte de crisis nacional al que nadie puede mantenerse al margen.   Su control, de acuerdo a lo que hemos visto,  no es asunto de recursos ni de maquillajes estadísticos que pretendan minimizarlo, pues mientras estos se enuncian, los medios de comunicación cotidianamente siguen salpicados por la sangre de la violencia.  Enfrentarla y detener su crecimiento es una apremiante necesidad para evitar lo que ha sucedido en sociedades como México, donde ya han pasado de simples asesinatos a ejecuciones masivas y enviarles a familias las cabezas de alguno de sus miembros. Es un desafío histórico que amerita la voluntad que manifiesta el Presidente, algo  que deben imitar  todos sus funcionarios, pero muy especialmente aquellos con responsabilidad directa  en su solución,  practicando  una vocación de servicio que vaya más allá de justificar la  permanencia en sus puestos. La población desea ver resultados creíbles, pero también tiene la disposición de colaborar e integrarse cuando se les convoque, porque a fin de cuenta la seguridad ciudadana constituye un anhelo de los  que en esencia queremos  ¡VIVIR TRANQUILO!

Ministerio de Interior y Policía

1-Debe centrar su accionar en aquellas medidas y disposiciones orientadas para la implementación de políticas disuasivas y preventivas  bajo el tenor de su propia capacidad de trabajo y la que tiene la Policía como entidad bajo su jurisdicción.

2-Los operativos en centros de diversión deben contar con la programación inteligente y coordinación técnica de este Ministerio, aunque el trabajo de campo, por un asunto estratégico, esté bajo la dirección de superiores de la uniformada junto a  los equipos multisectoriales.

3-Interior y Policía debe eficientizar y dimensionar el programa de desarme y regularización del porte y  tenencia  de armas de fuego instituyéndolo  como una prioridad a la que debe dedicar especial atención.

4- Para la implementación del programa Vivir Tranquilo se hace necesario designar en cada barriada un “Encargado de Enlace Comunitario”,  como responsable de coordinar la vinculación y trabajos entre las comunidades, Interior y Policía y la Policía Nacional.

Procuraduría General de la República.  1-Aunque no depende de su voluntad, debe proponerse como  objetivo que en el menor tiempo posible se pueda realizar una adecuación del Código Penal en razón de que parte de su  articulado  es un buen aliado  de los delincuentes. El agudizamiento y aumento del régimen de sanciones a los delitos relacionados con la seguridad e integridad del ciudadano es una necesidad que aunque pueda traer como consecuencia (ya resaltado por  el Procurador General) un aumento de nuestra población penitenciaria, sería uno de los mejores elementos para disuadir y prevenir la actividad delincuencial en el país.

2- Un aspecto que debe retomar esta institución con preocupación y esmero es la problemática que se presenta con los menores de edad envueltos en acciones delictivas al tenor de  la Ley 136-03, y otras disposiciones y reglamentaciones que manejan a los menores en conflictos con la ley. Mucha de la actividad delictiva  es realizada por  menores que al ser detenidos son llevados a centros de acogida y atención especial donde al cabo de un tiempo se les deja en libertad. Las estadísticas muestran como fruto de esta práctica cuando llegan a la mayoría de edad ya tienen una experiencia delictiva.

3-Otra medida que entendemos puede desarrollar con la Policía Nacional es la realización simultánea de las fases de investigación con personal de  esta institución y los fiscales del Ministerio Público.

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