Hoy 
ALTAGRACIA PAULINO
Cuando se promulgó la ley 87-01 que regula el sistema de Seguridad Social en lo primero que pensamos era en la solución a los problemas de salud de los más pobres de este país, pero después de cuatro años de haberse puesto en vigencia nos encontramos con que seguimos igualito: usted se rompe una pierna y después de la humillación de ingresar a un hospital público, debe hacer una recolecta entre sus familias y amigos para comprar los clavos que se le insertan para la rehabilitación y ni pensar en acudir a un hospital privado.
Del Sistema de Seguridad social, justo ésta, la parte social, es la que no ha funcionado, porque si nos vamos a los fondos de pensiones, los bancos supieron andar a una velocidad que hoy se habla de qué se va a hacer con tanto dinero. Si con esa celeridad se hubiese actuado para implementar la parte de la salud, seguro que el Plan Social de la Presidencia y el Despacho de la Primera Dama no tendrían la gran demanda de solicitudes de ayuda que llueven a diario de los pobres que no tienen ni para morirse.
Igualmente la gente que conoce a quienes estamos cerca de las autoridades no tuvieran que molestarse para solicitarle a una que le ayude a que le ingresen a su hijo al Robert Read, donde le van a hacer una operación y hay que buscar la sangre, los medicamentos y otras ayudas como la de transportarse porque el papá no está trabajando.
Si el país no estaba en condiciones de tener una ley de seguridad social no debieron promulgarla porque en realidad, los más pobres, que tenían la esperanza de que mejorara su salud siguen igual, a merced de un sistema injusto donde la muerte es lo que se tiene como seguro. El seguro social como funcionaba antes de le ley era limitado a los trabajadores asalariados de las empresas, el cual ha sido sustituido por el Servicio Familiar de Salud y por el Seguro de Riesgos Laborales, pero el primero no ha sido puesto en función porque una buena parte la debe pagar el gobierno central, que es la que cubriría a los que no están trabajando, a los indigentes y a los pobres que somos una buena mayoría de dominicanos.
A estos niveles del llamado desarrollo del país, el más alto alcanzado en la región en los últimos 50 años, pero uno de los más bajos en desarrollo humano según las informaciones del PNUD, la inseguridad social de los ciudadanos es uno de esos indicadores negativos.
Pienso que si el sector público y el privado se proponen que el Seguro Familiar de Salud entre a operar para todos los necesitados, cambiará la imagen del país a los ojos de los que analizan los temas de desarrollo y la población se sentiría segura por el uso de una conquista que nunca ha tenido.
Recientemente el presidente invocó un tema que se maneja a nivel mundial: La Responsabilidad Social de las Empresas, las cuales no solo tienen el compromiso de pagar religiosamente sus impuestos sino que otras variables entran en juego como las de solidarizarse con el entorno donde están asentadas, no contaminar y contribuir con el desarrollo humano.
Le ley se seguridad social está vigente, el compromiso de aplicarla no es solo del gobierno, es de todos los dominicanos y sobre todo de los sectores públicos y privados que se han adherido al compromiso de las metas del milenio, donde el desarrollo humano es un gran desafío y una meta por cumplir en los próximos diez años. Comencemos ya.
