POR A. ORTIZ G.
La primera semana de implementación del Seguro Familiar de Salud (SFS) transcurrió en medio de dificultades que iban desde el cobro en consultas y emergencias por encima de lo que establece la ley y “un tira y jala” entre los diferentes actores del sistema.

La evaluación de la primera semana fue realizada ayer por Nélsida Marmolejos, directora de la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA) y el doctor Bautista Rojas Gómez, secretario de Salud Pública.

Sin embargo, ambos funcionarios confían en que conforme pasen las primeras semanas habrá una disminución de las quejas y una aceptación de que el país tiene un nuevo modelo por parte de los médicos, clínicas privadas y Aseguradoras de Riesgos de Salud (ARS).

Tanto Marmolejos como Rojas Gómez identicaron como mínimos los problemas que enfrentaron los usuarios de los servicios de salud.

“Los actores no asimilan que hay un nuevo modelo de salud y esa fue una dificultad que enfrentamos”, sostuvo Marmolejos, funcionaria del sistema.

A su juicio, médicos, clínicas y ARS tienen problemas con la comunicación, no se han puesto de acuerdo y por eso no fue tan efectiva la prestación de servicios a los afiliados al Régimen Contributivo.

Indicó que esos problemas de comunicación deben resolverse, pues de lo contrario, los perjudicados serán los afiliados.

Lla Dirección de Información y Defensa de los Afiiados   tiene 120 personas   supervisando las quejas y el tipo de servicio que reciben los afiliados en las clínicas privadas.