Seis años de autopsias muertes matermas

Seis años de autopsias muertes matermas

Durante el sexenio comprendido entre el año 2010 y 2015 se realizó en el Instituto Nacional de Patología Forense un total de 4,596 autopsias de muertes naturales, de las cuales 351 calificaron como fallecimientos maternos. Recordemos que la Organización Mundial de la Salud define como defunción materna “la muerte de una mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo, independientemente de la duración y el sitio del embarazo, debida a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o su atención, pero no por causas accidentales o incidentales”.
Se agrega la Defunción materna tardía cuando sucede después de los 42 días pero antes del año siempre y cuando tenga una causa obstétrica directa o indirecta. Basado en estos criterios es que se analizaron estos 351 casos fatales.
Cuando desglosamos dicha cifra por edades notamos que 38 casos ocurrieron en adolescentes entre los 14 y 18 años equivalente al 11%. Ciento cincuenta y ocho estuvieron entre los 19 y 34 años para un 45% del total. 53 casos sucedieron en edades comprendidas entre los 35 y 45 años. La razón por la que perdieron la vida estas mujeres fue como sigue: 153 murieron por infecciones, equivalente a un 44%. El 30% se debió a enfermedad hipertensiva del embarazo.
97 mujeres, es decir, el 20% perecieron a consecuencia de hemorragias o fenómenos trombóticos. El otro 6% se repartió entre pacientes cardiópatas, renales, diabéticas, o con neoplasias.
Resumiendo la casuística diremos que del universo de 351 muertes estudiadas se pudo comprobar que cerca de la mitad murió por infección; un tercio tuvo como causa una hipertensión arterial del embarazo. Los sangramientos y las oclusiones vasculares representaron la quinta parte de las muertes. Todos estos fallecimientos ocurrieron en hospitales y la mayoría de las fenecidas había tenido cuidados prenatales. No olvidemos que más del 98% de los partos en la República Dominicana se atienden en clínicas y hospitales.
He aquí un triste y dramático relato de una muerte acontecida al inicio del año 2016 que retrata de cuerpo entero nuestro actual modelo sanitario. Una joven multípara recibió las atenciones prenatales en un patronato capitalino. Aparentemente todo anduvo bien los nueve meses del embarazo. Trajo al mundo un niño calificado como sano por el servicio de perinatología. Semanas después el bebé empezó a tornarse azul y a manifestar dificultad respiratoria. Volvió a la emergencia del centro para ser despachado al hogar sin tratamiento. El menor agravó su cuadro siendo conducido a otro centro y finalmente al hospital infantil docente universitario. Allí el servicio de cardiología diagnosticó una anomalía congénita, regresando el menor a la casa en la cual falleció súbitamente.
Esto obliga a poner nuestra mirilla en la calidad de los servicios en los centros asistenciales del país.
El éxito de los programas diseñados para la reducción de la mortalidad materno infantil dependerá de la mejora en la calidad de los cuidados prenatales, optimización de las atenciones durante el parto, así como un seguimiento médico apropiado de la madre y su hijo.
Es mucho lo que falta por hacer para que tengamos un pueblo sano, feliz y contento como lo soñó Juan Pablo Duarte.

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