Seis Tigres tienen su número retirado

Seis Tigres tienen su número retirado

POR DIONISIO SOLDEVILA
A través de los años, los Tigres del Licey han contado con nombres muy sonoros en sus gloriosas plantillas de peloteros. Y en los 100 años de historia que cumple hoy el legendario equipo azul, solo seis peloteros han tenido el honor de que sus números hayan sido retirados. Veamos a listado de los “buque insignia” de los Tigres a través del tiempo.

Elvio Jiménez  11

Conocido como “El Mulito”, Elvio vistió la franela del Licey desde el 1958 hasta el 1976. Durante ocho (8) temporadas consecutivas fue el left fielder regular de los Tigres. Bateador de líneas y buen empujador de carreras. Promedió un ponche por cada 14.3 turnos oficiales al bate. No esperaba muchos lanzamientos en el plato habiendo recibido solo 80 transferencias en casi 2,000 turnos oficiales, para un promedio de 1 cada 25 turnos. Jugador tranquilo y responsable con su trabajo es hoy uno de los coaches tradicionales en el dugout del Licey.

Cesarín Gerónimo 80

Nació el 11 de marzo de 1948, bateaba y atrapaba a la zurda y su posición fue jardinero. Gerónimo es dueño de varias marcas en el Licey, entre ellas se destaca la de carreras remolcadas con 254 y de dobles con 97. Es segundo en juegos jugados con 681, segundo en veces al bate con 2,225, segundo en carreras anotadas con 316, tercero en hits con 636, tercero en triples con 24 y tercero en bases robadas con 60. Cesarín obtuvo el liderato de bateo de la liga dominicana en la temporada 1982-83 con average de .341 al dejar atrás a Juan Hernández de las Estrellas Orientales en el último partido y en su último turno de la temporada. Este merecido reconocimiento al “CHIEF” es un homenaje a su brillante carrera con el Licey (1967-68 a 1984-85) donde bateó .282, 636 hits, 316 carreras anotadas, 254 remolcadas y 97 dobles. Cesarín es uno de los jugadores más brillantes en la historia de los Tigres del Licey. Su entrega con esta organización es digna de admirar e imitar por los actuales jugadores de Grandes Ligas. Gerónimo se mantuvo jugando con el equipo añil sin importar lo mucho que había jugado en cada temporada en las grandes ligas, inclusive, jugó con el uniforme azul luego de jugar en playoffs y series mundiales.

Diómedes ‘Guayubín’ Olivo 09

“La Montaña Noroestana”: así se le llamaba a este gran pitcher zurdo nativo de Guayubín. Lanzó para el Licey durante 11 temporadas consecutivas, desde el 1951 hasta el 1963-64.

Dueño absoluto de varios records de la liga: criollo con mejor promedio de ganados y perdídos (.652), juegos completos (70), entradas lanzadas (1335.2), juegos ganados (86), ponches propinados de por vida (742), ponches propinados en una temporada (160).

Su promedio de efectividad de por vida fue de 2.11 en 1,166.1 entradas lanzadas, superado solamente por Juan Marichal con 1.87 en 557.1 entradas lanzadas. Sin lugar a dudas, el mejor pitcher zurdo que ha producido el beisbol dominicano. Llegó a las Grandes Ligas a los 40 años de edad debido a la barrera racial imperante en esa época, siendo uno de los “novatos” de mayor edad de toda la historia. Excelente bateador para ser lanzador. Se recuerda que un sábado le dió el triunfo al Licey como emergente, rompiendo un no-hitter en el noveno inning, y el sábado siguiente lanzó el primer no-hitter de la historia moderna del beisbol dominicano.

Manuel Mota 07

Conocido como “El Chory” y como “Manny”. Uno de los bateadores más “finos” que ha  producido el beisbol dominicano. Jugó durante 17 temporadas para el Licey, entre 1960-61 y 1980-81, alcanzando un promedio de por vida de .333 en 2,400 turnos, el más alto de la Liga. Figura en los primeros lugares de la mayoría de los renglones ofensivos del beisbol dominicano: turnos al bate, hits conectados, hits sencillos, dobles, triples (primer lugar con 41), bases alcanzadas, carreras anotadas, carreras empujadas, bases por bolas recibidas. Fungió como manager del Licey en seis temporadas, tres de ellas interinamente y tres durante la temporada completa. Obtuvo dos campeonatos nacionales como manager y una Serie del Caribe 1970-1971 en Puerto Rico), la primera ganada por un equipo dominicano, durante la cual fué escogido, además, como Jugador Más Valioso de la Serie al terminar con un promedio ofensivo de .579. Seleccionado como outfield y como manager nativo del equipo Todos Estrellas del Licey de Todos los Tiempos.ada vez que al trío le tocaba batear.  En conjunto batearon 191 hits, 34 dobles, 10 triples, 16 jonrones, anotaron 99 carreras y empujaron 120, incluyendo 53 de Alonzo Perry, record nacional aún vigente a pesar de haber transcurrido más de 4 décadas. Para redondearlo todo y como quien no quiere las cosas, se robaron 20 bases.

Alonzo Perry 05

Es reconocido como el mejor refuerzo que ha tenido la Liga Dominicana de Beisbol Profesional. Fué un azote ofensivo durante la decada del 50. Conocido en su época como «Su Majestad». Cubrió la primera base del Licey, como refuerzo, durante siete (7) temporadas consecutivas, desde la del 1951 hasta la del 1957-58. En todas las temporadas obtenía uno o más de los lideratos ofensivos de la Liga: jonrones, dobles, empujadas, anotadas, hits conectados, promedio de bateo o de slugging. Dos de los records implantados por él han visto pasar las décadas de los 60, 70, 80 y 90 sin ser superados: 53 carreras empujadas en la temporada de 1953 y un promedio de slugging de por vida de .488, el más alto para jugadores que han consumido 1,000 turnos o más en sus carreras.  Protagonista de grandes momentos memorables para la fanaticada liceísta.

Pedro González 02

Conocido como “El Capitán” o “El Gran Capitán Azul”. Dueño de la segunda base del Licey desde la temporada 1957-1958 hasta la temporada 1969-1970. Seleccionado como el segunda base del equipo Todos Estrellas del Licey de Todos los Tiempos. Aunque no fué un hombre de grandes números ofensivos, siempre fué un bateador respetado por todos los lanzadores. En tres temporadas terminó con promedio de bateo por encima de los .300 y fue lider en empujadas en la temporada 1960-1961 con 37. Excelente jugador defensivo. Gran corredor de bases. Sin desperdicios en ningún renglón ofensivo o  defensivo.

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