SEITAI, sensibilidad de Oriente para aumentar la salud

SEITAI, sensibilidad de Oriente para aumentar la salud

ANGELA BOTO
En los últimos tiempos Occidente esta viviendo la entrada de numerosas técnicas importadas de Asia cuyo objetivo es proporcionar herramientas para aumentar el bienestar y la salud. La última en llegar, todavía poco conocida en España, es el seitai. Este método es una forma sutil e individualizada de recuperar la sensibilidad del cuerpo y aprender a emplear los recursos propios para mantenerse sano.

Sei significa en japonés devolver el equilibrio o reordenar y tai cuerpo. En seitai, los protagonistas absolutos son el individuo y su organismo. El único instrumento que interviene son las manos del especialista que exploran con precisión el cuerpo y se adaptan a las necesidades particulares de cada persona.

Según explica Sylvie Dunand, especialista e instructora de seitai, el seitai se puede emplear en personas de todas las edades tanto como prevención como para tratar diferentes tipos de trastornos. Sus efectos no siempre son inmediatos, depende de cada persona. Pero en todos los casos permite recuperar la energía vital. Es particularmente útil en situaciones de estrés o ansiedad, de fatiga y también en el insomnio.

Uno de los grandes campos de aplicación de esta técnica es para las lesiones causadas por algunos deportes. Las personas que practican artes marciales suelen acudir a un especialista de seitai cuando sufren una mala caída para recuperarse más deprisa.

NO HAY RECETAS GENERALES

Dunand asegura que “existen algunas pautas de base para comenzar la sesión, pero después es cada circunstancia particular la que determina por dónde continuar”. El especialista se adapta a cada caso en función de lo que percibe de la persona que tiene delante. Un individuo puede tener suficiente con una sesión y otro es posible que necesite más tiempo.

Los maestros de esta técnica no hablan de terapia ni de curación, sino de guía. Consideran que el papel del terapeuta – ellos no usan esta palabra- es secundario. Su labor consiste en devolver al organismo algo que tiene de forma innata, la capacidad para adaptarse a los cambios del entorno y recuperar el bienestar general. El modo de hacerlo es rastrear cada rincón del cuerpo: los meridianos de energía, la posición del esqueleto, el ritmo de respiración. De este modo, descubren donde están los bloqueos y con sutiles masajes deshacen ‘los nudos’. Dunand asegura que las vértebras son una gran fuente de información porque su forma varía cuando existen alteraciones.

Sin embargo, el seitai no termina con la sesión del especialista. Cada individuo recibirá uno o varios ejercicios sencillos adaptados a sus necesidades que podrá hacer en su casa. «Se trabaja sobre el conjunto y las personas participan en su salud practicando ejercicios que les pueden ayudar, por ejemplo, a desarrollar su caja torácica. Aprenden a reaccionar cuando notan algo en su cuerpo», explica Sylvie Dunand. Esta es también la filosofía de sus cursos: enseñar a leer el cuerpo, a interpretarlo y a adaptar los hábitos corporales a cada circunstancia.

El seitai tiene puntos en común con otras técnicas venidas de Oriente como el shiatsu, pero va más allá. Su nacimiento es el fruto de una profunda observación de la forma en la que el cuerpo se adapta al entorno para preservar su existencia como ser vivo. El instinto de supervivencia, impreso en lo más profundo del ser humano nos hace reaccionar de forma inmediata y sin intervención de la voluntad ante los acontecimientos que nos rodean. Sin embargo, el tipo de vida de las sociedades modernas obliga a mantener un ritmo acelerado que agota muchos de los recursos naturales de los que disponemos. De modo que la capacidad del organismo para la defenderse y adaptarse acaba agotándose. El seitai permite sensibilizar de nuevo el cuerpo para que utilizando sus propios recursos recupere el equilibrio.

Sylvie Dunand se formó durante seis años en una de las escuelas más importante de Japón. Antes de su llegada a Republica Dominicana, hace unos meses, ha practicado la técnica y ha impartido cursos en diferentes países. Su propia salud está íntimamente ligada a esta técnica.

La terapeuta padecía asma desde la infancia que la obligaba a depender de los aerosoles y otros fármacos, pero durante una larga estancia en Corea sufrió un ataque y se quedó sin medicación. Allí le propusieron que probara con el seitai. Unas cuantas sesiones y no ha vuelto a padecer esta enfermedad. Lo único que le pidió el maestro que la atendió como pago de sus servicios fue que aprendiera el método y eso hizo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas