Seleccionar un tema: tarea complicada

Seleccionar un tema: tarea complicada

Para los que tenemos el privilegio de disponer de una columna semanal en un periódico de amplia circulación, como es mi caso, a veces resulta difícil seleccionar un tema.

Especialmente cuando ocurren esos días en que se multiplican las noticias escandalosas que causan estupor, impulsando en uno el deseo de escribir de todo al mismo tiempo para descargar la ira e indignación. Pero siempre hay que decidirse por un tema y esperar que baje la adrenalina para que las ideas fluyan sin pasión. 

Pero esta última semana no pude decidir qué tema escoger. Primero, pensé en Bengoa, que ofreció otorgarle el 30% a Educación de todo el dinero que se recaude por encima de lo estimado en el presupuesto del 2011, lo que me encabronó de inmediato. O sea, de un presupuesto deficitario por definición, que posiblemente requerirá una reforma tributaria para financiarlo, el Ministro de Hacienda promete que si sobra dinero algo le tocará a Educación.

Cuando decidía el título que describe esta oferta irrespetuosa, me llegó un dato que me consternó y decidí olvidarme de Bengoa. ¿Saben cuál es el dato? Que al mes de octubre, los desembolsos para educación habían alcanzado RD$26 mil millones, de un monto programado de RD$37 mil millones (2% del PIB). Si usted proyecta los dos meses que faltan del 2010, las asignaciones llegarán como máximo a RD$31 mil millones, que equivalen a un 1.7% del PIB. Entonces pensé “mientras luchamos por el 4% para educación, estos maquiavélicos del gobierno no respetan ni al 2% que está previsto en el presupuesto”. 

Decidido ya a escribir sobre este picante tema, aparece otra joya noticiosa sobre un asunto que traté precisamente dos semanas atrás en mi artículo titulado “EL RELAJO DE LA CÁMARA Y MUCHO MÁS”. Me refiero a la selección de la Cámara de Cuentas, donde el PLD volvió a demostrar que no le importa un carajo lo que diga la sociedad civil ni los partidos de oposición. Leonel Fernández, tal como pronosticamos, simplemente se burló de todos sus legisladores y de los legisladores de la oposición, poniéndolos en ridículo y pateándole el trasero, al escoger a la misma gente que ha protegido a los corruptos de su gobierno.  

Pero en eso explotó Wikileaks, cuyas revelaciones han conmovido la diplomacia norteamericana. Pensé entonces ¿qué tanta vaina con Wikileaks cuando todas las embajadas del mundo hacen lo mismo? Cuando trabajé en Centroamérica por once años, hice amistad con varios embajadores dominicanos. Estos me pedían información sobre la economía, la política y otras cosas que no necesito revelar, las cuales yo sabía que eran enviadas a nuestra Cancillería. ¿Actuaba yo como espía del gobierno dominicano sin ser diplomático? Gran vaina.

Ahora imagínese, si eso hace un país chimichurri, ¿qué no harían los ciudadanos de Estados Unidos, Francia, China o el Reino Unido en el exterior, para defender sus intereses, mantener su hegemonía política y protegerse del terrorismo internacional y el tráfico de drogas?

Como esta noticia seguirá por semanas, decidí finalmente escribir sobre el informe Attali, el experto francés que asesoró al Gobierno en la nueva Estrategia de Desarrollo del país y adornarlo con los resultados presupuestarios y fiscales a octubre del 2010, que parecen sombríos y constituyen una revelación. 

Pero en la noche, me robaron del parqueo de mi apartamento, y por tercera vez en cuatro meses, los vidrios retrovisores de mi camioneta, por lo que amanecí de nuevo encabronado y con deseos de descargar mi ira escribiendo sobre la epidemia delincuencial que nos arropa.  

Tanta indecisión me hartó y opté finalmente por esta amalgama de colores. 

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