Semáforos y policías: el caos

Semáforos y policías: el caos

POR FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Los agentes policiales encargados de vigilar o dirigir el tránsito vehicular   en esta capital, deberían de ser objeto de un entrenamiento más rígido y hasta científico. Los semáforos son usualmente suplantados por agentes policiales que lo mismo dan el paso a vehículos aunque la señal esté en rojo, como lo impiden cuando está en verde.

Resumamos. Cuando el semáforo esté funcionando perfectamente, la obligación del agente policial es situarse en un lugar donde pueda vigilar que el tránsito no tiene problemas, detener al vehículo que “se pasa en rojo” y evitar que los conductores, especialmente las conductoras, sean objeto del acoso de los “limpiavidrios” cuando estén detenidos “esperando el verde”.

Sin embargo, no es así. Y lo digo por mí. Hace pocos días un agente me detiene en el semáforo de la Kennedy con Ortega y Gasset. Me ordena que me parquee a la derecha y luego, con pasos parsimoniosos, como si mi tiempo no tuviera precio, se me acerca y sin más preámbulos me pide…¡ todos “mis papeles”!.

Yo soy un ciudadano que respeta y teme a la ley. Pero también soy de los que no aceptan atropellos. Le pregunté al agente la razón de mi detención, ya que no había cometido ninguna infracción y me respondió que porque… le daba la gana.

Entonces yo lo invité a subir a mi automóvil, para que fuéramos, no al palacio de la Policía Nacional, sino donde el jefe de dicha institución, Bernardo Santana Páez, para que delante de él dirimiéramos el problema.

El agente, con cara de no haber llegado ni siquiera al octavo curso de la escuela primaria, vio “algo” en mis ojos y dándome espalda me “ordenó”: “Siga”.

En el interín habían pasado no menos de dos docenas de motoristas sin cascos y muchos sin la placa del vehículo. Y siguieron pasando ante la mirada indiferente del agente policial, como si tal cosa.Y este es el pan de cada día.

Propongo al teniente general Santana Páez que envíe agentes policiales bien entrenados y vestidos de civil a las principales esquinas de esta capital, y le aseguro desde ya que muchos de esos agentes serán enviados a sus casas sin más preámbulo. ¡ Estoy seguro !

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